15/10/2019, 14:27
Claro, no todo iba a ser tan fácil. Akame apretó los dientes en un gruñido ahogado cuando Rōga puso un pie dentro de aquella sala, que crujió como si tuviera un saco de maracas bajo el piso. Luego el Uchiha se aproximó a una de las paredes para comprobar que, en efecto, se trataba de finos biombos de papel de arroz que se quebrarían a la más mínima presión. «¿Éste es su sistema de defensa?», se preguntó el exjōnin. Claro, en otras circunstancias hubiera sido pan comido atravesar la sala: bastaba con adherirse al techo, la única superficie estable y resistente. Pero allí no podían usar su chakra.
«Me cago en...»
Tenía que pensar, pensar, pensar... «Estas viejas confían absolutamente en su fino sentido del oído para detectarnos cuando nos acerquemos. ¿Cómo podría...?» Entonces tuvo cierta idea. Alocada, sí; pero tal vez efectiva. Se volteó hacia Rōga.
—Creo que tengo un plan. ¿Quieren oírnos llegar, no? Pues dejémoslas... Pero no como ellas imaginan —agregó, sacando un papelito con el kanji "baku" grabado en tinta negra—. Esto es un sello explosivo de categoría B. Podemos usarlo para crear una distracción y aprovechar para colarnos por el lado opuesto del templo.
«Me cago en...»
Tenía que pensar, pensar, pensar... «Estas viejas confían absolutamente en su fino sentido del oído para detectarnos cuando nos acerquemos. ¿Cómo podría...?» Entonces tuvo cierta idea. Alocada, sí; pero tal vez efectiva. Se volteó hacia Rōga.
—Creo que tengo un plan. ¿Quieren oírnos llegar, no? Pues dejémoslas... Pero no como ellas imaginan —agregó, sacando un papelito con el kanji "baku" grabado en tinta negra—. Esto es un sello explosivo de categoría B. Podemos usarlo para crear una distracción y aprovechar para colarnos por el lado opuesto del templo.