21/10/2019, 21:49
Ranko asintió ante la pregunta de Mei, aunque un tanto dudosa. Luego vio salir a la Uzujin y tomó un profundo respiro. Más que para sentir su aroma, fue para llenarse de valor.
—No olvides tu máscara, Ran-chan.
—Ah-ah… Sí…
La alta se dispuso a buscarla, aunque no le fue difícil dar con ella entre sus cosas.
—Ran-chan… Sólo quiero decirte… —Ranko se detuvo justo antes de cerrar la puerta. La otra chica ya había avanzado un poco, y Kuumi habló lo suficientemente bajo como para que sólo la escuchara su hermana —. Suerte con Mei.
Ranko sonrió enormemente.
—Gracias.
"Creo que moriré aquí"
Simplemente había más gente de la que esperaba, mucha más de lo que estaba acostumbrada Ranko. No podía negar que Yugakure se veía espléndida, casi irreal. Los ornamentos, las luces, los ánimos, todo era tan cálido y familiar entre sí. Aunque Ranko habría preferido verlo de lejos.
"¡No! ¡La Ranko decidida decidió venir! ¡Hay que tomarse en serio! No pasará nada. Todos aquí están celebrando, nadie se fijará en una chica alta de Kusagakure. ¿No? Nadie. Especialmente hoy. ¿No?"
Mei dijo que lo primero sería comprarse una máscara de gato antes que nada. Ranko quiso hablar, pero por miedo a que su boca balbuceara, sólo asintió. Su mano derecha se movió, tal vez por miedo también, y tomó la izquierda de Mei, de manera que pudiese seguirla de cerca, sin riesgo a perderse entre la multitud. El contacto con su piel le haría relajarse un poco. Ranko apretaba la máscara canina contra su pecho. Logró juntar el valor al cabo de dos eternos segundos.
—L-l-la sigo, Mei-san.
—No olvides tu máscara, Ran-chan.
—Ah-ah… Sí…
La alta se dispuso a buscarla, aunque no le fue difícil dar con ella entre sus cosas.
—Ran-chan… Sólo quiero decirte… —Ranko se detuvo justo antes de cerrar la puerta. La otra chica ya había avanzado un poco, y Kuumi habló lo suficientemente bajo como para que sólo la escuchara su hermana —. Suerte con Mei.
Ranko sonrió enormemente.
—Gracias.
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"Creo que moriré aquí"
Simplemente había más gente de la que esperaba, mucha más de lo que estaba acostumbrada Ranko. No podía negar que Yugakure se veía espléndida, casi irreal. Los ornamentos, las luces, los ánimos, todo era tan cálido y familiar entre sí. Aunque Ranko habría preferido verlo de lejos.
"¡No! ¡La Ranko decidida decidió venir! ¡Hay que tomarse en serio! No pasará nada. Todos aquí están celebrando, nadie se fijará en una chica alta de Kusagakure. ¿No? Nadie. Especialmente hoy. ¿No?"
Mei dijo que lo primero sería comprarse una máscara de gato antes que nada. Ranko quiso hablar, pero por miedo a que su boca balbuceara, sólo asintió. Su mano derecha se movió, tal vez por miedo también, y tomó la izquierda de Mei, de manera que pudiese seguirla de cerca, sin riesgo a perderse entre la multitud. El contacto con su piel le haría relajarse un poco. Ranko apretaba la máscara canina contra su pecho. Logró juntar el valor al cabo de dos eternos segundos.
—L-l-la sigo, Mei-san.
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