21/10/2019, 23:39
(Última modificación: 21/10/2019, 23:40 por Taka Kisame.)
El amejin de aspecto escuálido no quiso responder a la pregunta de Roga. No tenía muy claro qué había ocurrido exactamente, solo sabía que el gruñón de Ichiro había descubierto qué estaba ocurriendo y le había ayudado de alguna manera enviando a Heishi para que hiciera de niñera. Aquello, por una parte, le enfureció, porque seguramente lo había hecho porque pensaba que no podría encargarse de eso solo. Por otra se alegraba mucho de que hubiera pensado eso, porque tenía razón. Odiaba profundamente que aquel tipo, además de ser un pésimo padre, fuese un grandísimo ninja y que además tuviera razón en casi todo lo que solía decirle.
Una vez más, miró hacia la invocación de su progenitor esperando a que él les explicara qué demonios había pasado, por qué estaba sangrando y donde estaba aquella chica tan extraña y el fortachón con cara infantil. Heishi les miraba con una sonrisa y, en el momento en que reparó que ambos ninja habían descubierto sus heridas por la rojez de las vendas de su abdomen, intentó taparlas rápidamente con el haori, intentando disimular y hacerse el duro, como solía hacer.
-Más le gustaría a este piltrafilla poder sacarme de mi casa... -Dijo Heishi mirando a Kisame de reojo mientras le regalaba una sonrisa retorcida -Tranquilo tío, sabes que es broma... -añadió cuando pudo ver la cara de pocos amigos que le estaba dedicando Kisame -En fin... -continuó, cambiando de tema, para seguidamente suspirar con fuerza y hacer gesto de quitarse sudor de la frente -Ichiro me ha mandado porque sospechaba que Kisame estaba en peligro y... Bueno, he ahuyentado a la tipa rara. Tu padre y su equipo están tras ella, compañero, deberíais ir a ayudarles, yo me encargo de Kata-chan, la tengo totalmente localizada, está perfectamente -Concluyó, mirando a Kisame fijamente mientras decía la última parte de su pequeño discurso.
Una vez más, miró hacia la invocación de su progenitor esperando a que él les explicara qué demonios había pasado, por qué estaba sangrando y donde estaba aquella chica tan extraña y el fortachón con cara infantil. Heishi les miraba con una sonrisa y, en el momento en que reparó que ambos ninja habían descubierto sus heridas por la rojez de las vendas de su abdomen, intentó taparlas rápidamente con el haori, intentando disimular y hacerse el duro, como solía hacer.
-Más le gustaría a este piltrafilla poder sacarme de mi casa... -Dijo Heishi mirando a Kisame de reojo mientras le regalaba una sonrisa retorcida -Tranquilo tío, sabes que es broma... -añadió cuando pudo ver la cara de pocos amigos que le estaba dedicando Kisame -En fin... -continuó, cambiando de tema, para seguidamente suspirar con fuerza y hacer gesto de quitarse sudor de la frente -Ichiro me ha mandado porque sospechaba que Kisame estaba en peligro y... Bueno, he ahuyentado a la tipa rara. Tu padre y su equipo están tras ella, compañero, deberíais ir a ayudarles, yo me encargo de Kata-chan, la tengo totalmente localizada, está perfectamente -Concluyó, mirando a Kisame fijamente mientras decía la última parte de su pequeño discurso.