11/11/2019, 14:25
... Ran-chan…
Una sensación recorrió todo su cuerpo, desde los dedos de sus pies hasta la punta de su trenza. Un sentir extraño, agradable, pero desesperante, como un postre exquisito que sabes que te acabarás. Y quería sentirlo de nuevo.
... Ran-chan…
Aquellas dos sílabas hicieron eco en su cabeza, y lo seguirán haciendo toda la noche, esparciendo pétalos de rosa por cada rincón de su mente. Su mirada color miel se cruzó con la mirada esmeralda de Mei mientras ella tomaba el alimento que le ofrecía, y el aliento le faltaría a Ranko por aquel eterno segundo.
—D-de nada —Si el corazón de Ranko hubiese latido un poquito más rápido, habría estallado. La Kusajin estaba claramente nerviosa pero, a pesar de que era una de las emociones más intensas que había sentido, no estaba temblando en exceso, ni estaba alterada físicamente, ni su voz se elevó demasiado. Era como si la misma adrenalina del momento la tuviese relativamente calmada —. Mei-hime.
"WOOOOOAAAAH. PAREN EL MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR. ¡Ranko! ¡RAAANKOOO! ¿Acabas de…? ¡Acabas de llamarla Mei-hime! ¿¿Pero por qué?? ¡Ranko decidida no aprueba esa decisión!"
— L-l-lo…
Pero la mujer la interrumpió, puesto que sirvió la orden de wantan, colocando frente a Mei. un plato con seis bollitos de masa frita y un platito un poco hondo con algo de salsa.
—Aquí tiene señorita. ¡Y claro! Por supuesto que el dios gato salió triunfante la vez pasada, a como debe de ser —Ella echó a reír a carcajadas, aunque su esposo hizo un gesto, sonriente, como de derrota —. ¡Buen provecho, señoritas!
Ranko cortó otro pedacito de ikayaki, pero no hizo más que juguetear con él con sus palillos por un rato. Su rostro estaba totalmente rojo, aunque era un rubor diferente. Era cálido y reconfortante, y no incómodamente ardiente, como una hoguera en el invierno más crudo. No sabía cómo reaccionaría Mei a la manera en la que la había llamado.
... Ran-chan…
”¿Y si se molesta? ¿Y si se burla? En un inicio le dijo a Kuumi que le llamase así, de manera sarcástica. ¿Entenderá que yo la llamé así de manera honesta? ¡Rayos, Ranko! ¡Cuida tu boca la próxima vez! Pero... ¿y si le gusta? ¿y si acepta que la llame así? ¡Ay, Ranko!”
Al final, llevó a su boca el pedacito de comida que había cortado, y masticó lentamente mientras movía sus ojos hacia Mei, esperando algún comentario o reacción.
... Ran-chan…
Una sensación recorrió todo su cuerpo, desde los dedos de sus pies hasta la punta de su trenza. Un sentir extraño, agradable, pero desesperante, como un postre exquisito que sabes que te acabarás. Y quería sentirlo de nuevo.
... Ran-chan…
Aquellas dos sílabas hicieron eco en su cabeza, y lo seguirán haciendo toda la noche, esparciendo pétalos de rosa por cada rincón de su mente. Su mirada color miel se cruzó con la mirada esmeralda de Mei mientras ella tomaba el alimento que le ofrecía, y el aliento le faltaría a Ranko por aquel eterno segundo.
—D-de nada —Si el corazón de Ranko hubiese latido un poquito más rápido, habría estallado. La Kusajin estaba claramente nerviosa pero, a pesar de que era una de las emociones más intensas que había sentido, no estaba temblando en exceso, ni estaba alterada físicamente, ni su voz se elevó demasiado. Era como si la misma adrenalina del momento la tuviese relativamente calmada —. Mei-hime.
"WOOOOOAAAAH. PAREN EL MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR. ¡Ranko! ¡RAAANKOOO! ¿Acabas de…? ¡Acabas de llamarla Mei-hime! ¿¿Pero por qué?? ¡Ranko decidida no aprueba esa decisión!"
— L-l-lo…
Pero la mujer la interrumpió, puesto que sirvió la orden de wantan, colocando frente a Mei. un plato con seis bollitos de masa frita y un platito un poco hondo con algo de salsa.
—Aquí tiene señorita. ¡Y claro! Por supuesto que el dios gato salió triunfante la vez pasada, a como debe de ser —Ella echó a reír a carcajadas, aunque su esposo hizo un gesto, sonriente, como de derrota —. ¡Buen provecho, señoritas!
Ranko cortó otro pedacito de ikayaki, pero no hizo más que juguetear con él con sus palillos por un rato. Su rostro estaba totalmente rojo, aunque era un rubor diferente. Era cálido y reconfortante, y no incómodamente ardiente, como una hoguera en el invierno más crudo. No sabía cómo reaccionaría Mei a la manera en la que la había llamado.
... Ran-chan…
”¿Y si se molesta? ¿Y si se burla? En un inicio le dijo a Kuumi que le llamase así, de manera sarcástica. ¿Entenderá que yo la llamé así de manera honesta? ¡Rayos, Ranko! ¡Cuida tu boca la próxima vez! Pero... ¿y si le gusta? ¿y si acepta que la llame así? ¡Ay, Ranko!”
Al final, llevó a su boca el pedacito de comida que había cortado, y masticó lentamente mientras movía sus ojos hacia Mei, esperando algún comentario o reacción.
... Ran-chan…
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