20/11/2019, 08:50
El Yotsuki simplemente le dio la espalda a la mujer y procedió a pasar los dedos entre sus cabellos con gesto altanero mientras escuchaba las palabras del mentado Ichiro. No se le pasó por alto las extrañas técnicas de este, pero a su vez le pareció alguien jovial y con una personalidad que podía compararse al propio Yotsuki. "Vaya, ¿de verdad esos dos son familia? Bueno, yo quizá sea el menos indicado para hablar de eso." Él mismo también era bastante diferente a su propio padre, aunque compartía más rasgos con su madre.
—Aunque quisiera, el nintaijutsu Yotsuki no es para cualquiera— Dijo arrogante el Yotsuki para luego relajar la postura.
Se encaminó un poco sin prestar demasiada atención a la escena pues para él, todo había terminado. "Verga, que cuando regrese a casa y le cuente a mis padres se van a poner histéricos." Se rascó la nuca y rió sólo.
Tras notar que Heisihi volvía, dio por sentado que la víctima principal estaba a salvo. Simplemente se limitó entonces a cruzarse de brazos y caminar hasta Kisame.
—Yo ya no pinto ni rosca aquí. Esta bronca es suya y sinceramente no tengo mucho tiempo para seguir indagando. Creo que les dejará a ustedes el trabajo de hacer el reporte de lo sucedido, sólo no olviden poner mi nombre y cómo mis valientos esfuerzos ayudaron a resolver la situación. Que suene bonito— Le guiñó el ojo al flacucho ojeroso. —Por ahora es un adiós, pero si algún día quieres venir a buscarme puedes ir a preguntar por mí en los karaokes del Distrito Comercial— Esperaría por una súltimas palabras de su interlocutor antes de marcharse, sonriendo como siempre enseñando su blanca dentadura.
—Aunque quisiera, el nintaijutsu Yotsuki no es para cualquiera— Dijo arrogante el Yotsuki para luego relajar la postura.
Se encaminó un poco sin prestar demasiada atención a la escena pues para él, todo había terminado. "Verga, que cuando regrese a casa y le cuente a mis padres se van a poner histéricos." Se rascó la nuca y rió sólo.
Tras notar que Heisihi volvía, dio por sentado que la víctima principal estaba a salvo. Simplemente se limitó entonces a cruzarse de brazos y caminar hasta Kisame.
—Yo ya no pinto ni rosca aquí. Esta bronca es suya y sinceramente no tengo mucho tiempo para seguir indagando. Creo que les dejará a ustedes el trabajo de hacer el reporte de lo sucedido, sólo no olviden poner mi nombre y cómo mis valientos esfuerzos ayudaron a resolver la situación. Que suene bonito— Le guiñó el ojo al flacucho ojeroso. —Por ahora es un adiós, pero si algún día quieres venir a buscarme puedes ir a preguntar por mí en los karaokes del Distrito Comercial— Esperaría por una súltimas palabras de su interlocutor antes de marcharse, sonriendo como siempre enseñando su blanca dentadura.