20/11/2019, 17:06
—Oye, fui yo primero el que se despidió dejando un mensaje misterioso para que me busques, no me copies— Levantó la mano y le apuntó con el dedo. —Como sea— Se llevó las manos a la cintura y suspiró, estaba, ¿alicaído? —Hasta luego....— Pasó a su lado, mientras caminaba y levantaba la mano diestra y la sacudía, sin voltear a verle. ¿Que estaría pasando por su cabeza? Tal vez parecía un tipo rudo, pero en realidad el Yotsuki era mucho más sensible de lo que aparentaba.
El regreso a casa sería silencioso, además que tendría que dar algunas explicaciones por la suciedad en sus ropas luego de la pelea. Pero no parecía estar de humor para preocuparse por su impecable look cómo de costumbre.
Luego de un rato, se paró frente a la puerta de su progenitor, tocando para poder pasar.
—Papá, ¿puedo hablar contigo un momento?— Dijo con voz lago baja.
—¿Huh?— El hombre abrió la puerta y parpadeó extrañado mientras se ajustaba las gafas. —¿Como es que no has entrado sin permiso como de costumbre?— Exclamó ante lo cuál el de cabellos tricolor no respondió y se limitó a encogerse de hombros. —Y ahora qué habrás hecho, niño idiota...— Dejó que el menor entrara primero y luego cerró la puerta tras de sí.
El genin se sentó sobre el borde de la cama y agachó un poco la cabeza, pensativo. Minamoto se acercó y se sentó a su lado, colocando su mano en su hombro en señal de solidaridad. Rōga le vio de reojo, pero apartó la vista nuevamente hasta el piso.
—Estoy molesto conmigo mismo... Siempre dejaba que los demás hicieran el remate por mí, pero desde un punto de vista más crítico, yo siempre estuve involucrado en el desenlace. Aún cuando yo siempre quise pensar y escudarme en que yo no fui el que se manchó de sangre las manos, cuando no es así...
Minamoto no respondió, pero a pesar de que el muchacho no estaba siendo muy específico, sabía muy bien por dónde estaba llevando la conversación.
—Unos traidores secuestraron a una anciana y logramos rescatarla, pero a un precio alto. Estaban dolidos por la pérdida de un ser querido, y me aterra... Me aterra no sentirme mal por matar a alguien— Hubo un silencio largo. —Durante mucho tiempo lo evité lo evité y me decía que yo no era cómplice de nada en las otras misiones, pero cada vez que voy dando cuenta más y más de lo fácil que es arrancar una vida, en como de manera fugaz todo se puede acabar. Y se supone que debería preocuparme, porque ahora un chico que había perdido a su padre ahora también ha perdido a los seres amados que le quedaban... Pero, realmente no sé si me preocupa eso....
Minamoto entreabrió un poco la boca, cerró los ojos y suspiró.
—¿Cuál crees que fue la razón por la que nunca me alisté como ninja?— Soltó al aire. —No tengo corazón para eso— Agachó también la mirada y sonrió triste. —Creo que por una vez en la vida no podré aconsejarte por esto., pero si mis palabras sirven de algo, déjame decirte una cosa: Cada vez que arrancas una vida, arrancas una parte de ti como persona. No dejes que te quiten todo y olvides quién eres...
El genin cerró los ojos y se abrazó de su progenitor, como un niño que ya no era.
El regreso a casa sería silencioso, además que tendría que dar algunas explicaciones por la suciedad en sus ropas luego de la pelea. Pero no parecía estar de humor para preocuparse por su impecable look cómo de costumbre.
Luego de un rato, se paró frente a la puerta de su progenitor, tocando para poder pasar.
—Papá, ¿puedo hablar contigo un momento?— Dijo con voz lago baja.
—¿Huh?— El hombre abrió la puerta y parpadeó extrañado mientras se ajustaba las gafas. —¿Como es que no has entrado sin permiso como de costumbre?— Exclamó ante lo cuál el de cabellos tricolor no respondió y se limitó a encogerse de hombros. —Y ahora qué habrás hecho, niño idiota...— Dejó que el menor entrara primero y luego cerró la puerta tras de sí.
El genin se sentó sobre el borde de la cama y agachó un poco la cabeza, pensativo. Minamoto se acercó y se sentó a su lado, colocando su mano en su hombro en señal de solidaridad. Rōga le vio de reojo, pero apartó la vista nuevamente hasta el piso.
—Estoy molesto conmigo mismo... Siempre dejaba que los demás hicieran el remate por mí, pero desde un punto de vista más crítico, yo siempre estuve involucrado en el desenlace. Aún cuando yo siempre quise pensar y escudarme en que yo no fui el que se manchó de sangre las manos, cuando no es así...
Minamoto no respondió, pero a pesar de que el muchacho no estaba siendo muy específico, sabía muy bien por dónde estaba llevando la conversación.
—Unos traidores secuestraron a una anciana y logramos rescatarla, pero a un precio alto. Estaban dolidos por la pérdida de un ser querido, y me aterra... Me aterra no sentirme mal por matar a alguien— Hubo un silencio largo. —Durante mucho tiempo lo evité lo evité y me decía que yo no era cómplice de nada en las otras misiones, pero cada vez que voy dando cuenta más y más de lo fácil que es arrancar una vida, en como de manera fugaz todo se puede acabar. Y se supone que debería preocuparme, porque ahora un chico que había perdido a su padre ahora también ha perdido a los seres amados que le quedaban... Pero, realmente no sé si me preocupa eso....
Minamoto entreabrió un poco la boca, cerró los ojos y suspiró.
—¿Cuál crees que fue la razón por la que nunca me alisté como ninja?— Soltó al aire. —No tengo corazón para eso— Agachó también la mirada y sonrió triste. —Creo que por una vez en la vida no podré aconsejarte por esto., pero si mis palabras sirven de algo, déjame decirte una cosa: Cada vez que arrancas una vida, arrancas una parte de ti como persona. No dejes que te quiten todo y olvides quién eres...
El genin cerró los ojos y se abrazó de su progenitor, como un niño que ya no era.