22/11/2019, 17:18
La mujer no pareció inmutarse ante las palabras de Akame, ya esperaba que la situación terminase por resolverse de esa manera. Llevó dos de sus manos a las muñecas de los otros brazos que mantenía alzados y tras aparentemente mover un poco los filos ocultos en estos brotaron con rapidez.
—¿Dos contra uno? Eso no parece justo...— Cruzó sus brazos armados delante de sí formando una equis. —... para ustedes—. Sin previo aviso ella tomó la iniciativa y dio un salto por encima de la propia Ōkawa, sin vacilar ni titubear al respecto.
—¡NOOOOOOOOOOO! ¡NO LO HAGAN!— La pelinegra gritó confusa y nerviosa cuando la batalla empezó.
Aparentemente la mujer de los seis brazos no era demasiado rápida, pero eso no le impedía intentar abalanzarse contra sus enemigos, estirando sus brazos armados al momento de caer para propinar un corte lateral tanto a Rōga como a Akame.
Sin embargo, el Yotsuki no tenía planes de enfrentarse a un monstruo que podría tener una clara ventaja manual por obvias razones. Él se apartó de la trayectoria de la sacerdotisa con dos saltos hacia atrás, ya que la prioridad era otra.
—¡Suzaku yo me llevaré a la señorita perfecta de aquí!— Anunciaría independientemente del proceder que tuviese Akame.
—¿Dos contra uno? Eso no parece justo...— Cruzó sus brazos armados delante de sí formando una equis. —... para ustedes—. Sin previo aviso ella tomó la iniciativa y dio un salto por encima de la propia Ōkawa, sin vacilar ni titubear al respecto.
—¡NOOOOOOOOOOO! ¡NO LO HAGAN!— La pelinegra gritó confusa y nerviosa cuando la batalla empezó.
Aparentemente la mujer de los seis brazos no era demasiado rápida, pero eso no le impedía intentar abalanzarse contra sus enemigos, estirando sus brazos armados al momento de caer para propinar un corte lateral tanto a Rōga como a Akame.
Sin embargo, el Yotsuki no tenía planes de enfrentarse a un monstruo que podría tener una clara ventaja manual por obvias razones. Él se apartó de la trayectoria de la sacerdotisa con dos saltos hacia atrás, ya que la prioridad era otra.
—¡Suzaku yo me llevaré a la señorita perfecta de aquí!— Anunciaría independientemente del proceder que tuviese Akame.