4/01/2020, 01:10
«¡Condenados venenos!»
Akame no pudo hacer nada cuando de uno de los compartimentos secretos de la marioneta salió disparada otra bomba violeta, que al impactar contra el suelo liberó una nube de gas. El Uchiha se limitó a resignarse, sabía que lo aspiraría e ignoraba los efectos del mismo, pero también era consciente de que soltar a Kyoko en ese momento daría al traste con su mejor oportunidad para inutilizarla. Así, apretó los dientes, sacó fuerzas de flaqueza y siguió tirando de los hilos para tratar de atrapar a la vieja constructa contra la columna.
Si conseguía atarla a la misma, ya se preocuparía del veneno.
Akame no pudo hacer nada cuando de uno de los compartimentos secretos de la marioneta salió disparada otra bomba violeta, que al impactar contra el suelo liberó una nube de gas. El Uchiha se limitó a resignarse, sabía que lo aspiraría e ignoraba los efectos del mismo, pero también era consciente de que soltar a Kyoko en ese momento daría al traste con su mejor oportunidad para inutilizarla. Así, apretó los dientes, sacó fuerzas de flaqueza y siguió tirando de los hilos para tratar de atrapar a la vieja constructa contra la columna.
Si conseguía atarla a la misma, ya se preocuparía del veneno.