8/01/2020, 12:21
—Putas viejas... —masculló el Uchiha, molesto.
Sin duda la presencia de aquellas ancianas que ya se replegaban al interior del templo, sabiendo quizás que la explosión de antes había sido meramente una distracción, iba a ser todo un obstáculo para el joven renegado; que pretendía llegar hasta Rōga y la muchacha. Akame se paró un momento, repasando mentalmente la información que tenía acerca de aquel lugar y sus habitantes.
«Son todas ciegas, por lo que se guían mediante el oído. El suelo está hecho de un material muy frágil que cruje cuando caminas por él. Aquí dentro no puedo usar chakra.»
Y el dato más importante: ninguna de ellas sería rival para él, con chakra o sin. Si la más reverenciada de todas había sido vencida por el exjōnin, sus discípulas no podían tener oportunidad. Aunque Akame quería evitar a toda costa un derramamiento de sangre innecesario, lo que sí tenía claro es que saldría de allí con Okawa... Si algunas viejas querían ponerse en medio, entonces tendría que apartarlas.
Con esa determinación, echó a correr deshaciendo el camino que —pensaba él— habrían hecho Rōga y Okawa. Si se encontraba con oposición, ya pensaría cómo lidiar con ella.
Sin duda la presencia de aquellas ancianas que ya se replegaban al interior del templo, sabiendo quizás que la explosión de antes había sido meramente una distracción, iba a ser todo un obstáculo para el joven renegado; que pretendía llegar hasta Rōga y la muchacha. Akame se paró un momento, repasando mentalmente la información que tenía acerca de aquel lugar y sus habitantes.
«Son todas ciegas, por lo que se guían mediante el oído. El suelo está hecho de un material muy frágil que cruje cuando caminas por él. Aquí dentro no puedo usar chakra.»
Y el dato más importante: ninguna de ellas sería rival para él, con chakra o sin. Si la más reverenciada de todas había sido vencida por el exjōnin, sus discípulas no podían tener oportunidad. Aunque Akame quería evitar a toda costa un derramamiento de sangre innecesario, lo que sí tenía claro es que saldría de allí con Okawa... Si algunas viejas querían ponerse en medio, entonces tendría que apartarlas.
Con esa determinación, echó a correr deshaciendo el camino que —pensaba él— habrían hecho Rōga y Okawa. Si se encontraba con oposición, ya pensaría cómo lidiar con ella.