16/01/2020, 17:19
(Última modificación: 16/01/2020, 17:33 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
No, efectivamente. No hubo ni una sola respuesta a las preguntas de Daigo. No obstante, solo hacía falta verle la cara para saber que no se encontraba en sus mejores días. Tenía sangre seca en la nariz, los labios, el mentón… Y estaba pálida, como cansada.
Koku se acercó a ella y le limpió la piel con un trapo húmedo, para acto seguido darle algo de beber. Le tenía miedo, pero algo dentro de ella la obligaba a preocuparse por su estado. Quizá, por el pensamiento de que hubiese podido ser su hija la que estuviese así.
—¿Las llaves? —preguntó Koku, confusa—. No… ¿No son tus esposas?
Koku se acercó a ella y le limpió la piel con un trapo húmedo, para acto seguido darle algo de beber. Le tenía miedo, pero algo dentro de ella la obligaba a preocuparse por su estado. Quizá, por el pensamiento de que hubiese podido ser su hija la que estuviese así.
—¿Las llaves? —preguntó Koku, confusa—. No… ¿No son tus esposas?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado