19/01/2020, 18:53
La Morikage estudió la reacción de Yota ante el cartel de su viejo amigo y escuchó su intervención sin intervenir en ningún momento. De hecho, si no fuera porque ya la conocía, casi podría haber asegurado que se trataba frente a una estatua. Kintsugi se mantenía completamente estática, con sus ojos ocultos tras el antifaz fijos en shinobi, y las manos entrelazadas por debajo de la barbilla. Ni siquiera sus labios se movieron un ápice durante todo su relato.
La mayor parte del relato fue pura morralla sin interés alguno: conflictos infantiles entre los dos shinobi, problemas con un perro... Nada de lo que pudiera extraer información sobre la repentina traición de Eikyuu Juro. Sólo le interesaba el final del mismo, cuando llegó a la parte en la que Juro regresaba sano y salvo de su secuestro. Y no obtuvo demasiados detalles al respecto.
—Dices que viste raro a Juro al volver con los ANBU —habló Kintsugi, solo una vez se hubo asegurado de que Yota había terminado—. ¿A qué te refieres exactamente? ¿Raro en qué sentido? ¿Te contó cómo consiguió escapar de las garras de su secuestrador?
La mayor parte del relato fue pura morralla sin interés alguno: conflictos infantiles entre los dos shinobi, problemas con un perro... Nada de lo que pudiera extraer información sobre la repentina traición de Eikyuu Juro. Sólo le interesaba el final del mismo, cuando llegó a la parte en la que Juro regresaba sano y salvo de su secuestro. Y no obtuvo demasiados detalles al respecto.
—Dices que viste raro a Juro al volver con los ANBU —habló Kintsugi, solo una vez se hubo asegurado de que Yota había terminado—. ¿A qué te refieres exactamente? ¿Raro en qué sentido? ¿Te contó cómo consiguió escapar de las garras de su secuestrador?