24/01/2020, 01:22
—No podemos obviar esa teoría
Oh, claro que no, pues resultaba de lo más inverosímil que el modosito y disciplinado Jurete fuera capaz de revelarse de aquel frente al mismísimo Morikage.
Ninguno, a excepción de Kenzou-sama (que en paz descanse) y de Juro, sabemos lo que ocurrió en este despacho ese día. Los único que sabemos es que el Morikage mandó llamar a Juro, y en algún momento de la conversación escuchamos un fuerte estruendo, como si el mismo edificio se estuviese desmoronando. Yo fui la primera en llegar aquí. Para entonces, el techo que ahora mismo ves sobre tu cabeza ya no existía, y allí en el cielo estaba esa... bestia... Ese... monstruo...
De forma automática, mis ojos se desviaron hasta el techo como si pudiera imaginarme aquel edificio sin el techo con los puños apretados y el cuerpo en absoluta tensión. Todo aquello me superaba y el hecho de que fuera precisamente Juro el implicado no ayudaba en absoluto, todo lo contrario.
Y cargaba ese láser contra nosotros. Kenzou se sacrificó para salvarnos a todos de la destrucción. Y después se marchó volando antes de que pudiéramos detenerlo.
— ¡Ah... Joder! — grité, liberando la tensión del momento y volviendo mi mirada hasta la Mortikage
»Que sea Juro o sea el bijuu ya no importa. El daño está hecho. Daremos con ellos. Y recibirá su merecido castigo. Y tú, Yota, como cualquier otro shinobi de esta aldea, recibirá la misma orden: Darle caza.
Tragué saliva ante las peticiones de Kintsugi. Era lo que quería hacer, pero aún así no era tarea fácil. A fin de cuentas mi mejor amigo se había convertido en el enemigo número 1 de mi propia aldea. Puede que por delante del propio Kurama.
— No le niego que esto me resulta complicado. Jurete era mi mejor amigo, mi amigo de la infancia, crecimos juntos. Pero soy el primero que quiere que pague por lo que hizo. Puede contar conmigo, con Kumopansa y con mi familia para lo que haga falta.
Tarde o temprano, Juro iba a tener que pagar por las atrocidades que había cometido contra su aldea. Tuvimos suerte de que Kenzou-sama era un tipo con un gran poder y pudo usarlo para proteger Kusagakure, sino quién sabe donde estaríamos en aquel momento.
Oh, claro que no, pues resultaba de lo más inverosímil que el modosito y disciplinado Jurete fuera capaz de revelarse de aquel frente al mismísimo Morikage.
Ninguno, a excepción de Kenzou-sama (que en paz descanse) y de Juro, sabemos lo que ocurrió en este despacho ese día. Los único que sabemos es que el Morikage mandó llamar a Juro, y en algún momento de la conversación escuchamos un fuerte estruendo, como si el mismo edificio se estuviese desmoronando. Yo fui la primera en llegar aquí. Para entonces, el techo que ahora mismo ves sobre tu cabeza ya no existía, y allí en el cielo estaba esa... bestia... Ese... monstruo...
De forma automática, mis ojos se desviaron hasta el techo como si pudiera imaginarme aquel edificio sin el techo con los puños apretados y el cuerpo en absoluta tensión. Todo aquello me superaba y el hecho de que fuera precisamente Juro el implicado no ayudaba en absoluto, todo lo contrario.
Y cargaba ese láser contra nosotros. Kenzou se sacrificó para salvarnos a todos de la destrucción. Y después se marchó volando antes de que pudiéramos detenerlo.
— ¡Ah... Joder! — grité, liberando la tensión del momento y volviendo mi mirada hasta la Mortikage
»Que sea Juro o sea el bijuu ya no importa. El daño está hecho. Daremos con ellos. Y recibirá su merecido castigo. Y tú, Yota, como cualquier otro shinobi de esta aldea, recibirá la misma orden: Darle caza.
Tragué saliva ante las peticiones de Kintsugi. Era lo que quería hacer, pero aún así no era tarea fácil. A fin de cuentas mi mejor amigo se había convertido en el enemigo número 1 de mi propia aldea. Puede que por delante del propio Kurama.
— No le niego que esto me resulta complicado. Jurete era mi mejor amigo, mi amigo de la infancia, crecimos juntos. Pero soy el primero que quiere que pague por lo que hizo. Puede contar conmigo, con Kumopansa y con mi familia para lo que haga falta.
Tarde o temprano, Juro iba a tener que pagar por las atrocidades que había cometido contra su aldea. Tuvimos suerte de que Kenzou-sama era un tipo con un gran poder y pudo usarlo para proteger Kusagakure, sino quién sabe donde estaríamos en aquel momento.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa