27/01/2020, 02:14
(Última modificación: 27/01/2020, 03:52 por King Roga. Editado 1 vez en total.)
—Huh...— suspiró la mujer para luego rascarse la cabeza. —Quizá exageré un poco...— Admitió mientras se recomponía y empezaba a caminar nuevamente hasta su escritorio.
—¿¡Sólo un poco!?— Espetó el cánido a su compañera de batallas.
Karaga volvió a asentar sus posaderas en la silla y tosió un poco para aclarar la voz. Juntó entonces ambas manos y las colocó sobre la mesa, sonriendo con algo de rubor en sus mejillas luego de la escenita que acababa de protagonizar.
—Volviendo al asunto importante. Te he convocado aquí no sólo por la misión, ya que como lo indica tu expediente, este es tu primer trabajo oficial, así que se consideró que un trabajo guiado era más adecuado para ti que con los clientes regulares, que a veces suelen ser un poco problemáticos— Rió condescendiente. —Tu misión consistirá en rescatar mascotas o animales callejeros en zonas de riesgo en el centro de la ciudad de Amegakure. Normalmente cerca de los vertederos o en sitios pobres no es raro observar algún perro o gato que esté sufriendo bajo la inclemente tormenta. Por tanto, e iniciado este proyecto para revertir esta situación y asegurarme yo misma que estos pequeños tengan una vida mejor—. Chasqueó los dedos.
El perro caminó hasta una esquina donde recogió una jaula totalmente sellada salvo por los laterales que permitían ventilación y la puerta de reja metálica, sobre la cuál reposaba una correa. Caminó nuevamente hasta Ren, esperando que tomase los objetos.
—Los perros pueden cooperar en la mayoría de casos, aunque los gatos son caso aparte. Te proporcionaremos esta jaula de transporte para que no regreses aquí con demasiados arañazos— Bromeó. —Tú meta es lograr traer al menos a siete antes del anochecer, no importa si tienes que hacer varios viajes hasta aquí. ¿Ha quedado claro?— remató.
—¿¡Sólo un poco!?— Espetó el cánido a su compañera de batallas.
Karaga volvió a asentar sus posaderas en la silla y tosió un poco para aclarar la voz. Juntó entonces ambas manos y las colocó sobre la mesa, sonriendo con algo de rubor en sus mejillas luego de la escenita que acababa de protagonizar.
—Volviendo al asunto importante. Te he convocado aquí no sólo por la misión, ya que como lo indica tu expediente, este es tu primer trabajo oficial, así que se consideró que un trabajo guiado era más adecuado para ti que con los clientes regulares, que a veces suelen ser un poco problemáticos— Rió condescendiente. —Tu misión consistirá en rescatar mascotas o animales callejeros en zonas de riesgo en el centro de la ciudad de Amegakure. Normalmente cerca de los vertederos o en sitios pobres no es raro observar algún perro o gato que esté sufriendo bajo la inclemente tormenta. Por tanto, e iniciado este proyecto para revertir esta situación y asegurarme yo misma que estos pequeños tengan una vida mejor—. Chasqueó los dedos.
El perro caminó hasta una esquina donde recogió una jaula totalmente sellada salvo por los laterales que permitían ventilación y la puerta de reja metálica, sobre la cuál reposaba una correa. Caminó nuevamente hasta Ren, esperando que tomase los objetos.
—Los perros pueden cooperar en la mayoría de casos, aunque los gatos son caso aparte. Te proporcionaremos esta jaula de transporte para que no regreses aquí con demasiados arañazos— Bromeó. —Tú meta es lograr traer al menos a siete antes del anochecer, no importa si tienes que hacer varios viajes hasta aquí. ¿Ha quedado claro?— remató.