31/01/2020, 01:18
El joven Daisuke no tardó en recibir una respuesta por parte de la Uzumaki encargada de entregar las misiones. Cuando Kiyomi se hizo la coleta, el Nara la observó con la curiosidad de un joven que nunca había tenido novia, pero acto seguido, desvió su mirada hacia el suelo, tras volver a ponerse rojo. Luego, escuchó las palabras de aquella mujer, a lo que el rubio asintió con su cabeza en silencio en señal de afirmación a la primera pregunta mientras levantaba su mirada para volver a observarla de nuevo. Efectivamente, era su primera misión.
— No será un problema que os haga trabajar juntos, ¿no? — Preguntó la Uzumaki a los dos Gennin.
El Nara levantó su ceja derecha tras escuchar las palabras de su compañera. Acto seguido, la miró a los ojos y al ver que lo estaba sonriendo, volvió a desviar su mirada.
— Tampoco será un problema por mi parte. — Respondió Daisuke con el rostro serio tras haber recuperado la compostura.
Después, se volvió a girar hacia la kunoichi rubia y se acercó hacia ella lentamente, extendiendo su mano derecha hacia ella mientras sonreía en señal de formalidad y educación, tal y como sus padres le habían enseñado. Aunque era educado y respetuoso, nunca había sabido con exactitud si a las mujeres se les saludaba con un apretón de manos, con un abrazo o con dos besos. En cualquier caso, y debido a su extrema timidez, siempre optaba por la primera de las opciones, y así evitaba problemas mayores.
— Me llamo Nara Daisuke. — Le dijo para presentarse oficialmente.
— No será un problema que os haga trabajar juntos, ¿no? — Preguntó la Uzumaki a los dos Gennin.
El Nara levantó su ceja derecha tras escuchar las palabras de su compañera. Acto seguido, la miró a los ojos y al ver que lo estaba sonriendo, volvió a desviar su mirada.
— Tampoco será un problema por mi parte. — Respondió Daisuke con el rostro serio tras haber recuperado la compostura.
Después, se volvió a girar hacia la kunoichi rubia y se acercó hacia ella lentamente, extendiendo su mano derecha hacia ella mientras sonreía en señal de formalidad y educación, tal y como sus padres le habían enseñado. Aunque era educado y respetuoso, nunca había sabido con exactitud si a las mujeres se les saludaba con un apretón de manos, con un abrazo o con dos besos. En cualquier caso, y debido a su extrema timidez, siempre optaba por la primera de las opciones, y así evitaba problemas mayores.
— Me llamo Nara Daisuke. — Le dijo para presentarse oficialmente.