31/01/2020, 19:34
Daisuke escuchó con atención las palabras de su compañera de misión. Le agradaba gratamente que ésta lo alabase, pero eso no le haría sentir mejor ni mucho menos. Que hubiera Gennins por ahí con menos nivel que él no quería decir que fuese fuerte ni poderoso. Todavía tenía mucho camino que recorrer y mucho que entrenar para considerarse un ninja de pleno derecho. Cuando Hana se acercó al Nara, éste, lejos de apartarse y alejarse por sentirse incómodo o intimidado por la cercanía con aquella mujer, se quedó paralizado mientras contenía la respiración a la espera de saber porqué motivo se había acercado tanto. Cuando por fin escuchó lo que tenía que decirle, respiró aliviado, y luego mostró una sonrisa. El Bunshin no jutsu era una técnica inútil comparada con otras, ya que las copias eran simplemente ilusiones inertes, inútiles e inservibles.
— Pero sí puedo hacer el Henge no jutsu, no todo iba a ser malo. Por cierto, tu clan es el de las sombras ¿no? Entonces el Kagemane es la técnica que paraliza con la sombra. Creo que nos será bastante útil.
Daisuke asintió con la cabeza a modo de respuesta afirmativa, aunque todavía no lograba comprender de qué les servirían sus técnicas en una misión sin peligro como ésa.
— Bueno, ahí te equivocas, pero no ibas mal encaminada. — Dijo el rubio, corrigiendo sus palabras. — Es cierto que antiguamente la técnica se conocía como Atadura de sombra, cuyo único fin era el de paralizar a los adversarios. Pero con el paso del tiempo, evolucionó hasta convertirse en lo que hoy todos conocemos como Imitación de sombra. — Hizo una breve pausa, esperando que Hana procesara dicha información. — Con esta técnica, los oponentes atrapados con mi sombra imitan mis movimientos, lo que no es precisamente muy útil por sí sola, ya que sólo sirve para retenerlos. Y por si fuera poco, se librarán fácilmente si son más fuertes que yo, cosa que no es muy difícil. — Explicó, levantando su brazo derecha para intentar sacar su bola sin éxito aparente mientras sacaba su lengua a modo de burla. — Además, la técnica también se deshará tanto si yo recibo daño como si lo reciben ellos, por lo que, como ves, es una pérdida de tiempo si se utiliza en solitario. Sin embargo... — De nuevo, se mantuvo en silencio durante unos breves segundos, con la intención de captar la atención y la curiosidad de la joven. — El clan Nara no debe ser subestimado en absoluto, y mucho menos nuestra técnica principal. Existen variaciones de esta técnica que pueden asesinar a los oponentes atrapados si quisiéramos. — Explicó, para luego retomar la conversación tras un incómodo silencio. — Pero yo ni poseo la capacidad de realizar dichas técnicas ni la voluntad para ejecutarlas. — Dijo con una leve sonrisa, ya que no se veía a sí mismo en la situación de matar a nadie ni creía que fuese capaz de ello, lo que, decía mucho de su actitud compasiva, bondadosa e incluso estúpida y cobarde.
Tras aquel breve pero intenso monólogo, procesó la nueva información que le había aportado Hana y comprendió que debía de tener un alto nivel de Ninjutsu si era capaz de ejecutar la técnica de transformación, es más, estaba seguro de que era más diestra en dicho arte que el propio rubio, lo que decía mucho de sus propias habilidades y capacidades.
— Así que puedes ejecutar el Henge no jutsu, ¿eh? — Repitió. — Seguro que además de esa técnica eres bastante diestra en el uso de tu elemento tierra. Me juego lo que quieras a que conoces más de una técnica de tierra, a diferencia de mí con mi elemento. — Añadió, bromeando, sin dejar de sonreír.
— Pero sí puedo hacer el Henge no jutsu, no todo iba a ser malo. Por cierto, tu clan es el de las sombras ¿no? Entonces el Kagemane es la técnica que paraliza con la sombra. Creo que nos será bastante útil.
Daisuke asintió con la cabeza a modo de respuesta afirmativa, aunque todavía no lograba comprender de qué les servirían sus técnicas en una misión sin peligro como ésa.
— Bueno, ahí te equivocas, pero no ibas mal encaminada. — Dijo el rubio, corrigiendo sus palabras. — Es cierto que antiguamente la técnica se conocía como Atadura de sombra, cuyo único fin era el de paralizar a los adversarios. Pero con el paso del tiempo, evolucionó hasta convertirse en lo que hoy todos conocemos como Imitación de sombra. — Hizo una breve pausa, esperando que Hana procesara dicha información. — Con esta técnica, los oponentes atrapados con mi sombra imitan mis movimientos, lo que no es precisamente muy útil por sí sola, ya que sólo sirve para retenerlos. Y por si fuera poco, se librarán fácilmente si son más fuertes que yo, cosa que no es muy difícil. — Explicó, levantando su brazo derecha para intentar sacar su bola sin éxito aparente mientras sacaba su lengua a modo de burla. — Además, la técnica también se deshará tanto si yo recibo daño como si lo reciben ellos, por lo que, como ves, es una pérdida de tiempo si se utiliza en solitario. Sin embargo... — De nuevo, se mantuvo en silencio durante unos breves segundos, con la intención de captar la atención y la curiosidad de la joven. — El clan Nara no debe ser subestimado en absoluto, y mucho menos nuestra técnica principal. Existen variaciones de esta técnica que pueden asesinar a los oponentes atrapados si quisiéramos. — Explicó, para luego retomar la conversación tras un incómodo silencio. — Pero yo ni poseo la capacidad de realizar dichas técnicas ni la voluntad para ejecutarlas. — Dijo con una leve sonrisa, ya que no se veía a sí mismo en la situación de matar a nadie ni creía que fuese capaz de ello, lo que, decía mucho de su actitud compasiva, bondadosa e incluso estúpida y cobarde.
Tras aquel breve pero intenso monólogo, procesó la nueva información que le había aportado Hana y comprendió que debía de tener un alto nivel de Ninjutsu si era capaz de ejecutar la técnica de transformación, es más, estaba seguro de que era más diestra en dicho arte que el propio rubio, lo que decía mucho de sus propias habilidades y capacidades.
— Así que puedes ejecutar el Henge no jutsu, ¿eh? — Repitió. — Seguro que además de esa técnica eres bastante diestra en el uso de tu elemento tierra. Me juego lo que quieras a que conoces más de una técnica de tierra, a diferencia de mí con mi elemento. — Añadió, bromeando, sin dejar de sonreír.