1/02/2020, 22:49
—Oh, desde luego. He hecho algunos progresos —alegó, con orgullo—. llevo estudiando el fenómeno hará hace ocho meses y hecho grandes progresos con la teoría. Entrevistando lugareños, conociendo más a fondo la leyenda detrás del rayo que nunca duerme.
—¿El rayo que nunca duerme?! ¡JAJAJA! y yo soy el rayo que siempre duerme. Ya saben. Raiton, dormilón... ¿lo han pillado? ¿no, nadie?
Kurozuchi le lanzó una mirada carnívora, como la de las serpientes tatuadas en su cuerpo, que le obligó a callar ipso facto. Myū reía en el fondo, aún perdida en la biblioteca.
—¿De qué trata el fenómeno, Kisho-san?
—Todas las noches, en lo más profundo del valle, tras una formación rocosa específica; ocurre un fenómeno natural desconocido. El argot común lleva hablando durante siglos sobre ésto, pero como ya os he mencionado antes, la naturaleza ha custodiado este sitio de manera tal que el acceso es muy limitado. Aún así, el cielo nocturno se ilumina cada noche entre Viento Gris y Caída del Pétalo con una hermosa secuencia de poderosos relámpagos curiosamente silentes, que a la distancia, parecen caer todos y cada uno de ellos en un único punto del lago que encierra una enorme concentración de nubes verticales.
»Los creyentes catalogan el lugar como La Forja de Raijin. Le rezan a las centellas como si éstas provinieran de un Dios omnipresente. Aunque lo considero, por supuesto una euforia colectiva similar a la de vuestros compatriotas con la lluvia, y Amenokami.
—¿El rayo que nunca duerme?! ¡JAJAJA! y yo soy el rayo que siempre duerme. Ya saben. Raiton, dormilón... ¿lo han pillado? ¿no, nadie?
Kurozuchi le lanzó una mirada carnívora, como la de las serpientes tatuadas en su cuerpo, que le obligó a callar ipso facto. Myū reía en el fondo, aún perdida en la biblioteca.
—¿De qué trata el fenómeno, Kisho-san?
—Todas las noches, en lo más profundo del valle, tras una formación rocosa específica; ocurre un fenómeno natural desconocido. El argot común lleva hablando durante siglos sobre ésto, pero como ya os he mencionado antes, la naturaleza ha custodiado este sitio de manera tal que el acceso es muy limitado. Aún así, el cielo nocturno se ilumina cada noche entre Viento Gris y Caída del Pétalo con una hermosa secuencia de poderosos relámpagos curiosamente silentes, que a la distancia, parecen caer todos y cada uno de ellos en un único punto del lago que encierra una enorme concentración de nubes verticales.
»Los creyentes catalogan el lugar como La Forja de Raijin. Le rezan a las centellas como si éstas provinieran de un Dios omnipresente. Aunque lo considero, por supuesto una euforia colectiva similar a la de vuestros compatriotas con la lluvia, y Amenokami.