5/02/2020, 16:11
Cuando Daisuke entró en la oficina, pudo ver que allí se encontraba una de las encargada de entregar las misiones: Hyūga Kyoko, con unos ojos más claros y bonitos que los del propio Nara.
—B... Buenos días, Daisuke-saN. ]¿La misión...? Ah, sí, sí, la m... misión. Claro. P-perdona un momento.
El rubio la observó arqueando su ceja derecha. A lo mejor Kyoko estaba nerviosa o preocupada por algún asunto personal. Sin embargo, le impresionaba encontrarse con alguien más tímido y vergonzoso que él, sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de una mujer.
Pasados unos segundos, cuando la Hyūga había encontrado el pergamino pertinente, se lo extendió al Gennin.
—A-aquí tienes, Daisuke-san... Mucha suerte.
El Nara avanzó tranquilamente y despreocupado hacia la Chunnin, recogiendo el pergamino con una sonrisa y abriéndolo con cierta curiosidad.
— Muchas gracias, Kyoko. — Respondió educadamente sin mirarla a los ojos mientras leía detenidamente el contenido del pergamino. Una vez leído y comprendido, lo guardó en el bolsillo derecho de su pantalón y acto seguido miró a la Chunnin dubitativo. A lo mejor era información que el propio Daisuke debía conocer, pero la cual ignoraba por completo. Seguramente Kyoko sería capaz de aportarle la información que necesitaba.
— Emm... Me preguntaba... — Dijo levemente sonrojado mientras llevaba su mano izquierda a la nuca. — Si sabrías indicarme dónde me encontraré con el señor Sarutobi. Aunque entiendo que será en su hogar, aunque el pergamino no lo especificase, desconozco dónde se encuentra. — Explicó avergonzado. — Aunque tal vez deba esperarlo aquí mismo. — Añadió, con una leve sonrisa, evitando el contacto directo con los ojos de la Hyūga para no ruborizarse más de lo que ya estaba.
—B... Buenos días, Daisuke-saN. ]¿La misión...? Ah, sí, sí, la m... misión. Claro. P-perdona un momento.
El rubio la observó arqueando su ceja derecha. A lo mejor Kyoko estaba nerviosa o preocupada por algún asunto personal. Sin embargo, le impresionaba encontrarse con alguien más tímido y vergonzoso que él, sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de una mujer.
Pasados unos segundos, cuando la Hyūga había encontrado el pergamino pertinente, se lo extendió al Gennin.
—A-aquí tienes, Daisuke-san... Mucha suerte.
El Nara avanzó tranquilamente y despreocupado hacia la Chunnin, recogiendo el pergamino con una sonrisa y abriéndolo con cierta curiosidad.
— Muchas gracias, Kyoko. — Respondió educadamente sin mirarla a los ojos mientras leía detenidamente el contenido del pergamino. Una vez leído y comprendido, lo guardó en el bolsillo derecho de su pantalón y acto seguido miró a la Chunnin dubitativo. A lo mejor era información que el propio Daisuke debía conocer, pero la cual ignoraba por completo. Seguramente Kyoko sería capaz de aportarle la información que necesitaba.
— Emm... Me preguntaba... — Dijo levemente sonrojado mientras llevaba su mano izquierda a la nuca. — Si sabrías indicarme dónde me encontraré con el señor Sarutobi. Aunque entiendo que será en su hogar, aunque el pergamino no lo especificase, desconozco dónde se encuentra. — Explicó avergonzado. — Aunque tal vez deba esperarlo aquí mismo. — Añadió, con una leve sonrisa, evitando el contacto directo con los ojos de la Hyūga para no ruborizarse más de lo que ya estaba.