5/02/2020, 16:43
(Última modificación: 5/02/2020, 19:30 por Uchiha Akame. Editado 1 vez en total.)
La Hyūga, a pesar de su timidez, emanaba una autoridad de la que Daisuke carecía; incluso aunque ella estaba visiblemente más apurada que él por aquel error en el pergamino de misión, para cualquier observador externo hubiera parecido al contrario. Tal era la diferencia entre rangos de ambos ninjas. Kyoko, sin embargo, se limitó a bajar la cabeza y murmurar una disculpa avergonzada.
—¿No... n-n-no viene la dirección? —inquirió, dubitativa—. Eso ha s-s-sido una equivocación, ay, qué apuro...
Por suerte para Daisuke, la chūnin —así como la mayoría de ninjas de alto rango de Uzu— conocían bien la dirección de la vivienda de Sarutobi Isshin, pues un veterano como él era renombrado entre sus antiguos compañeros de oficio. La Hyūga tomó un trozo de papel, un bolígrafo, y garabateó la dirección. Luego se lo entregó al genin.
La vivienda estaba, cómo no, en el barrio más rico de la Villa. Quizá Daisuke ya hubiera pasado por allí alguna vez, quizás no, pero lo que estaba claro es que probablemente se quedaría maravillado con sus pulcras calles de piedra blanca, sus cerezos por doquier y las enormes fincas que sembraban el lugar a ambos lados de la calzada. Siguiendo la dirección que le había anotado Kyoko no le sería difícil dar con la residencia de Sarutobi Isshin.
—¿No... n-n-no viene la dirección? —inquirió, dubitativa—. Eso ha s-s-sido una equivocación, ay, qué apuro...
Por suerte para Daisuke, la chūnin —así como la mayoría de ninjas de alto rango de Uzu— conocían bien la dirección de la vivienda de Sarutobi Isshin, pues un veterano como él era renombrado entre sus antiguos compañeros de oficio. La Hyūga tomó un trozo de papel, un bolígrafo, y garabateó la dirección. Luego se lo entregó al genin.
La vivienda estaba, cómo no, en el barrio más rico de la Villa. Quizá Daisuke ya hubiera pasado por allí alguna vez, quizás no, pero lo que estaba claro es que probablemente se quedaría maravillado con sus pulcras calles de piedra blanca, sus cerezos por doquier y las enormes fincas que sembraban el lugar a ambos lados de la calzada. Siguiendo la dirección que le había anotado Kyoko no le sería difícil dar con la residencia de Sarutobi Isshin.