6/02/2020, 16:39
Daisuke observó elevando su ceja derecha cómo Isshi se había reído.
—¡Bueno, bueno! Sí que tienes prisa. Claro, claro... Pero primero, ven, vamos a charlar un rato, ¿eh? Ahora que estoy retirado ya no me entero de nada de lo que sucede fuera de los muros de esta Aldea, e incluso un jovencito como tú puede traer noticias interesantes.
El Nara asintió con su cabeza y aceptó la invitación del Sarutobi, entrando por fin en la casa y recorriendo un largo pasillo por donde siguió a su anfitrión hasta que llegaron a su destino: un pequeño porche de madera con un gran jardín lleno de árboles de cerezo descuidados y de los cuales tendría que ocuparse más tarde.
—Y cuéntame, ¿qué se comenta estos días? —Preguntó Isshin mientras se sentaba en una mecedora de madera junto a una mesa auxiliar donde reposaba una taza de té rojo—. Parece que hubo cierto revuelo debido al anuncio de un nuevo Torneo de los Dojos. ¿Vas a participar, Daisuke-san?
El joven, una vez más, volvió a asentir con su cabeza en señal de afirmación, aunque no parecía muy contento, ni animado, ni entusiasmado con la idea. Al fin y al cabo, su participación sería meramente anecdótica y obligada.
— Bueno, así es... — Respondió el Gennin, realizando una breve pausa. — Mi padre me obligó a apuntarme al torneo. — Añadió, llevando su mano derecha a la nuca, levemente sonrojado. — Me dijo que así podría medir mis habilidades contra otros ninjas, y también podría aprender de ellos. — Explicó, tomándose unos segundos para pensar y analizar la situación. — Aunque, mirándolo por otro lado, yo lo veo más como una partida de shogi, donde las tres grandes aldeas presentan a sus jugadores para medir su respectivo nivel, y donde servidor puede aprender de sus errores a base del fracaso. — Dijo Daisuke, visiblemente serio, refiriéndose a sí mismo. — Me da igual ganar o perder. Lo importante es participar y aprender. Sé que no voy a ganar el torneo, donde sin duda habrá ninjas más fuertes que yo, cosa que no es difícil. Además, ganar siempre es aburrido, ya que con las victorias no se aprende mucho. Pero si con mi participación puedo asegurarme aumentar mis conocimientos y mi experiencia, así lo haré con gusto. En estos tiempos es importante preservar el conocimiento y aprender de los errores de nuestro pasado para no volver a cometerlos en el futuro, ¿verdad, señor Sarutobi? — Preguntó el Nara, haciendo referencia a los errores que habían cometido las grandes aldeas en épocas pasadas.
Tras un breve silencio, recordó la primera pregunta de su interlocutor, y acto seguido, comenzó a explicarse, aportando un breve resumen de los acontecimientos actuales de Oonindo.
— De todas formas, considero más importante la reunión de los 3 Kages, tras la ejecución del anterior Morikage a manos de su propio jinchuriki, al parecer, huido y puesto en busca y captura, según dicen las lenguas. — Explicó, incapaz de aportar datos de mayor relevancia pues por su rango no se le permitía acceder a más información. — Espero que este acontecimiento no ponga en riesgo a la Alianza, ahora que hay estabilidad y estamos en un periodo efímero de paz. — Deseó el Nara, siendo consciente de que, a su pesar, la paz no duraría para siempre y tendría un final dentro de un periodo de tiempo incierto. — Dicen que los Bijuus se están volviendo a rebelar y que planean un nuevo ataque dirigido por Kurama. — Añadió, con voz temblorosa, haciéndose a la idea de la destrucción, las muertes y las pérdidas que eso significaría, empezando por el asesinato del Morikage. — Parece como si los Bijuus estuvieran llenos de odio, rabia y rencor contra el mundo, y sobre todo, con los ninjas, por algún motivo del pasado o que todavía puede estar sucediendo en estos mismos momentos. — Dijo, analizando la situación. — Ojalá alguien pudiera hacer algo por ellos y eliminar todo ese odio que llevan dentro. — Terminó de manera tajante, poniéndose en el lugar de las criaturas con colas.
—¡Bueno, bueno! Sí que tienes prisa. Claro, claro... Pero primero, ven, vamos a charlar un rato, ¿eh? Ahora que estoy retirado ya no me entero de nada de lo que sucede fuera de los muros de esta Aldea, e incluso un jovencito como tú puede traer noticias interesantes.
El Nara asintió con su cabeza y aceptó la invitación del Sarutobi, entrando por fin en la casa y recorriendo un largo pasillo por donde siguió a su anfitrión hasta que llegaron a su destino: un pequeño porche de madera con un gran jardín lleno de árboles de cerezo descuidados y de los cuales tendría que ocuparse más tarde.
—Y cuéntame, ¿qué se comenta estos días? —Preguntó Isshin mientras se sentaba en una mecedora de madera junto a una mesa auxiliar donde reposaba una taza de té rojo—. Parece que hubo cierto revuelo debido al anuncio de un nuevo Torneo de los Dojos. ¿Vas a participar, Daisuke-san?
El joven, una vez más, volvió a asentir con su cabeza en señal de afirmación, aunque no parecía muy contento, ni animado, ni entusiasmado con la idea. Al fin y al cabo, su participación sería meramente anecdótica y obligada.
— Bueno, así es... — Respondió el Gennin, realizando una breve pausa. — Mi padre me obligó a apuntarme al torneo. — Añadió, llevando su mano derecha a la nuca, levemente sonrojado. — Me dijo que así podría medir mis habilidades contra otros ninjas, y también podría aprender de ellos. — Explicó, tomándose unos segundos para pensar y analizar la situación. — Aunque, mirándolo por otro lado, yo lo veo más como una partida de shogi, donde las tres grandes aldeas presentan a sus jugadores para medir su respectivo nivel, y donde servidor puede aprender de sus errores a base del fracaso. — Dijo Daisuke, visiblemente serio, refiriéndose a sí mismo. — Me da igual ganar o perder. Lo importante es participar y aprender. Sé que no voy a ganar el torneo, donde sin duda habrá ninjas más fuertes que yo, cosa que no es difícil. Además, ganar siempre es aburrido, ya que con las victorias no se aprende mucho. Pero si con mi participación puedo asegurarme aumentar mis conocimientos y mi experiencia, así lo haré con gusto. En estos tiempos es importante preservar el conocimiento y aprender de los errores de nuestro pasado para no volver a cometerlos en el futuro, ¿verdad, señor Sarutobi? — Preguntó el Nara, haciendo referencia a los errores que habían cometido las grandes aldeas en épocas pasadas.
Tras un breve silencio, recordó la primera pregunta de su interlocutor, y acto seguido, comenzó a explicarse, aportando un breve resumen de los acontecimientos actuales de Oonindo.
— De todas formas, considero más importante la reunión de los 3 Kages, tras la ejecución del anterior Morikage a manos de su propio jinchuriki, al parecer, huido y puesto en busca y captura, según dicen las lenguas. — Explicó, incapaz de aportar datos de mayor relevancia pues por su rango no se le permitía acceder a más información. — Espero que este acontecimiento no ponga en riesgo a la Alianza, ahora que hay estabilidad y estamos en un periodo efímero de paz. — Deseó el Nara, siendo consciente de que, a su pesar, la paz no duraría para siempre y tendría un final dentro de un periodo de tiempo incierto. — Dicen que los Bijuus se están volviendo a rebelar y que planean un nuevo ataque dirigido por Kurama. — Añadió, con voz temblorosa, haciéndose a la idea de la destrucción, las muertes y las pérdidas que eso significaría, empezando por el asesinato del Morikage. — Parece como si los Bijuus estuvieran llenos de odio, rabia y rencor contra el mundo, y sobre todo, con los ninjas, por algún motivo del pasado o que todavía puede estar sucediendo en estos mismos momentos. — Dijo, analizando la situación. — Ojalá alguien pudiera hacer algo por ellos y eliminar todo ese odio que llevan dentro. — Terminó de manera tajante, poniéndose en el lugar de las criaturas con colas.