7/02/2020, 13:32
Después de todo el follón de Jurete, la muerte del Morikage, su funeral, el interrogatorio con la tal Aburame Kintsugi... Había llegado el momento de ponerse de nuevo a trabajar para la aldea. Venían tiempos difíciles para todo kusajin, así que era uno de esos momentos en el que uno debía sobreponerse a la situación, tomar el toro por los cuernos y ofrecer su mejor versión.
Todo ello era lo que me había conducido hasta allí, el mismísimo edificio del Morikage, aquel imponente dojo que se alzaba en aquel recóndito lugar del norte de Ōnindo.
«Allá vamos de nuevo»
Con decisión crucé el umbral de la puerta para acceder al interior. Los que estuvieran en su interior podrían ver a aquel gennin que compartió muchas vivencias con mayor traidor de la Kusagakure moderna, Eikyuu Juro, que hasta hacía unas semanas era el jinchuriki de la aldea. Lucía pantalones largos y negros, así como una camiseta de manga larga roja y encima de ella una negra con el símbolo de la Kuromiböjin a su espalda, la cual tenía una capucha también negra que llevaba puesta. Mi trenza caía por mi hombro izquierdo, inspirado por la elegancia con la cual la nueva Morikage lucía la suya. Realmente deseaba convertirme en alguien importante para aquella mujer y, por consecuencia, para Kusagakure. Convertirme en alguien que pudiese cambiar las cosas.
Pero lo que más ansiaba era descubrir la verdad. Toda la verdad.
— Hola, ¿tienes trabajo para mí?
Kumopansa descendió de un salto hasta el escritorio de la mesa de la recepción en la que estaba solicitando una nueva misión con la que servir a los míos.
Todo ello era lo que me había conducido hasta allí, el mismísimo edificio del Morikage, aquel imponente dojo que se alzaba en aquel recóndito lugar del norte de Ōnindo.
«Allá vamos de nuevo»
Con decisión crucé el umbral de la puerta para acceder al interior. Los que estuvieran en su interior podrían ver a aquel gennin que compartió muchas vivencias con mayor traidor de la Kusagakure moderna, Eikyuu Juro, que hasta hacía unas semanas era el jinchuriki de la aldea. Lucía pantalones largos y negros, así como una camiseta de manga larga roja y encima de ella una negra con el símbolo de la Kuromiböjin a su espalda, la cual tenía una capucha también negra que llevaba puesta. Mi trenza caía por mi hombro izquierdo, inspirado por la elegancia con la cual la nueva Morikage lucía la suya. Realmente deseaba convertirme en alguien importante para aquella mujer y, por consecuencia, para Kusagakure. Convertirme en alguien que pudiese cambiar las cosas.
Pero lo que más ansiaba era descubrir la verdad. Toda la verdad.
— Hola, ¿tienes trabajo para mí?
Kumopansa descendió de un salto hasta el escritorio de la mesa de la recepción en la que estaba solicitando una nueva misión con la que servir a los míos.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
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