20/02/2020, 11:11
—Disculpe la entrada tan repentina que hemos hecho, señor, pero estos dos hombres...
Ahí iba, no se entretuvo demasiado. Simplemente llevó sus dos manos a la espalda, uniendolas para que le dieran la confianza necesaria. Era increíble como alguien era tan feroz y resolutivo en la batalla, pero en esas lindes... bueno, las palabras prácticamente había que arrancarlas con una palanca.
— Espera, no.. no, ¿verdad?
El tipo no era imbécil y daba la sensación que empezaba a temerse lo peor. La expresión de su rostro había cambiado, incluso dio un paso adelante hacia Eri.
. Estos dos hombres, señor, encontraron a su perro y lo torturaron en el bosque
Por un momento vio esperanza y eso lo mostraron sus ojos, pero cayó de golpe apenas unos segundos más tarde cuando escuchó la palabra tortura.
— ¿Qué? Por qué...
Cayó de rodillas al suelo, tapándose la cara y tapando las lágrimas que brotaban de sus ojos.
. Se delataron al aparecer frente a él jactándose de lo que habían hecho, y por ello fueron traídos ante usted, señor, pues usted ha perdido hoy más que nadie por culpa de estos malnacidos.
— No llegamos a tiempo para salvarle, lo siento de veras — ni siquiera tuve fuerzas de decirle que llegamos a ver sus últimos alientos.
— Llevaoslos de aquí, por favor. Que se pudran en la cárcel, ni siquiera quiero darles el placer de darles un par de hostias
Ahí iba, no se entretuvo demasiado. Simplemente llevó sus dos manos a la espalda, uniendolas para que le dieran la confianza necesaria. Era increíble como alguien era tan feroz y resolutivo en la batalla, pero en esas lindes... bueno, las palabras prácticamente había que arrancarlas con una palanca.
— Espera, no.. no, ¿verdad?
El tipo no era imbécil y daba la sensación que empezaba a temerse lo peor. La expresión de su rostro había cambiado, incluso dio un paso adelante hacia Eri.
. Estos dos hombres, señor, encontraron a su perro y lo torturaron en el bosque
Por un momento vio esperanza y eso lo mostraron sus ojos, pero cayó de golpe apenas unos segundos más tarde cuando escuchó la palabra tortura.
— ¿Qué? Por qué...
Cayó de rodillas al suelo, tapándose la cara y tapando las lágrimas que brotaban de sus ojos.
. Se delataron al aparecer frente a él jactándose de lo que habían hecho, y por ello fueron traídos ante usted, señor, pues usted ha perdido hoy más que nadie por culpa de estos malnacidos.
— No llegamos a tiempo para salvarle, lo siento de veras — ni siquiera tuve fuerzas de decirle que llegamos a ver sus últimos alientos.
— Llevaoslos de aquí, por favor. Que se pudran en la cárcel, ni siquiera quiero darles el placer de darles un par de hostias
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa