10/03/2020, 00:10
La médica salió acompañando a Ren, puesto que un animal peligroso no podía ser tratado a la ligera. Ella esperaba salir y tomar cuidado inmediato del animal, pero pidió prestada de regreso la pértiga en caso de ser necesario. Sin embargo, al salir la atención de la médica no sé concentró en el animal, sino en el alto hombre que sostenía la correa de la cuál estaba sujeta.
Karaga abrió los ojos y pegó un brinco hacia atrás, alzó la mano y señaló con su índice a vagabundo.
—¿¡EEEEEEEEEEEEHHHHHHHHHHHHH!?— se quedó boquiabierta.
El vago sonrió.
—Hola — Sonrió triste y saludó con la mano — —Solo estoy de paso, esa niña de ahí me obligó a venir. Descuida, dejo a este amiguito a tu cargo y me voy —. Remató.
—¿¡Pero tú maldito loco como has terminado así!? — Dijo con asombro y susto.
—Ni vale la pena explicar, no es que me fueras a prestar atención de todas maneras — Se encogió de hombros, aunque ahora parecía molesto.
El tipo extendió la correa para que Karaga tomara al animal, y la kunoichi se acercó con precaución, aunque parecía ser su miedo más al vago que al perro. De un rápido movimiento, pareció arrebatarle el lazo de las manos más que tomarlo.
—He he, creo que es un poco hipócrita de mi parte cuidar de un animal desvalido cuando yo mismo mandé al diablo a mi familia. Pero bueno, supongo que las malas lenguas tienen la razón al final y no soy más que un cínico — Dijo con ojos vidriosos.
—Pero...
El vago alzó la mano, como si no quisiera que continuara hablando.
Karaga abrió los ojos y pegó un brinco hacia atrás, alzó la mano y señaló con su índice a vagabundo.
—¿¡EEEEEEEEEEEEHHHHHHHHHHHHH!?— se quedó boquiabierta.
El vago sonrió.
—Hola — Sonrió triste y saludó con la mano — —Solo estoy de paso, esa niña de ahí me obligó a venir. Descuida, dejo a este amiguito a tu cargo y me voy —. Remató.
—¿¡Pero tú maldito loco como has terminado así!? — Dijo con asombro y susto.
—Ni vale la pena explicar, no es que me fueras a prestar atención de todas maneras — Se encogió de hombros, aunque ahora parecía molesto.
El tipo extendió la correa para que Karaga tomara al animal, y la kunoichi se acercó con precaución, aunque parecía ser su miedo más al vago que al perro. De un rápido movimiento, pareció arrebatarle el lazo de las manos más que tomarlo.
—He he, creo que es un poco hipócrita de mi parte cuidar de un animal desvalido cuando yo mismo mandé al diablo a mi familia. Pero bueno, supongo que las malas lenguas tienen la razón al final y no soy más que un cínico — Dijo con ojos vidriosos.
—Pero...
El vago alzó la mano, como si no quisiera que continuara hablando.