11/03/2020, 22:00
Yota abandonó el Edificio del Morikage, dispuesto a cumplir con su deber. Previsor, y quizás previendo que cumplir la misión le llevaría un tiempo, lo primero que hizo fue regresar a casa y cargó una mochila con comida y varias cantimploras. Tras eso, se dispuso a abandonar Kusagakure e internarse en Bosque de Hongos. A la salida de la aldea, justo antes de cruzar el puente que surcaba la enorme zanja que les servía de protección, el shinobi dio con los dos guardias, que le pidieron el pergamino de misión para autorizar su salida.
—Ah... las desapariciones de nuevo —comentó una de ellos—. Las últimas bandanas que encontraron fue a un kilómetro o así al sur de aquí. Te recomiendo echar un ojo por allí, chico. Y mucha suerte con ello.
—¡No vayas a desaparecer tú también! —bromeó el otro, que recibió un codazo de su compañera.
—¡No tiene ninguna gracia!
—Ah... las desapariciones de nuevo —comentó una de ellos—. Las últimas bandanas que encontraron fue a un kilómetro o así al sur de aquí. Te recomiendo echar un ojo por allí, chico. Y mucha suerte con ello.
—¡No vayas a desaparecer tú también! —bromeó el otro, que recibió un codazo de su compañera.
—¡No tiene ninguna gracia!
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es