4/04/2020, 18:15
Y Karaga, río nerviosa.
—¿Crees que no lo sabía? De hecho, he de confesar que quién ha cometido una locura he sido yo—. La mujer se tomó un tiempo para respirar. Luego de dejar como nuevos a todos los animales, era irónico que ella terminase totalmente en fachas. —La orden que te di ya había perdido validez. Ciertamente era original pero la fecha no coincidía. ¿En serio crees que me iba a dar tiempo de ir hasta el edificio de la Arashikage para solicitar la autorización con todo el trabajo que tengo aquí? No te lo dije en su momento porque no sabía como ibas a actuar, así que opté por esconder ese detalle para que no estuvieses nerviosa y pudieses actuar naturalmente sin dudar al presentarla.
La veterinaria echó a reír, pero acalló para no despertar al doberman.
—Perdón, perdón. Pero a veces la gente solo se enfoca en el sello y no en los pequeños detalles, así que calculé que iba a funcionar — Suspiró nuevamente con alivio.
La kunoichi más experimentada observó al pequeño canino que Ren aún sostenía en brazos, y sonrió condescendiente.
—¿Sabes? Te prometí que te iba a dejar quedarte con uno de los animales que atraparas, pero creo que ese pequeño te ha atrapado a ti — Señaló al pequeño canino, el cuál tenía la lengua de fuera y giró la cabeza al no entender lo que estaban diciendo.
La mujer se puso en pie y trató de peinarse un poco.
—Déjamelo a mí, estará como nuevo mañana a primera hora — Se acercó y extendió los brazos para tomar al pequeño perro negro. —Vuelve mañana al medio día para recogerlo, tendré los papeles de adopción listos y esta vez si serán originales — Se permitió bromear. —Por todo lo demás, FELICITACIONES. Misión cumplida, Himura Ren.
—¿Crees que no lo sabía? De hecho, he de confesar que quién ha cometido una locura he sido yo—. La mujer se tomó un tiempo para respirar. Luego de dejar como nuevos a todos los animales, era irónico que ella terminase totalmente en fachas. —La orden que te di ya había perdido validez. Ciertamente era original pero la fecha no coincidía. ¿En serio crees que me iba a dar tiempo de ir hasta el edificio de la Arashikage para solicitar la autorización con todo el trabajo que tengo aquí? No te lo dije en su momento porque no sabía como ibas a actuar, así que opté por esconder ese detalle para que no estuvieses nerviosa y pudieses actuar naturalmente sin dudar al presentarla.
La veterinaria echó a reír, pero acalló para no despertar al doberman.
—Perdón, perdón. Pero a veces la gente solo se enfoca en el sello y no en los pequeños detalles, así que calculé que iba a funcionar — Suspiró nuevamente con alivio.
La kunoichi más experimentada observó al pequeño canino que Ren aún sostenía en brazos, y sonrió condescendiente.
—¿Sabes? Te prometí que te iba a dejar quedarte con uno de los animales que atraparas, pero creo que ese pequeño te ha atrapado a ti — Señaló al pequeño canino, el cuál tenía la lengua de fuera y giró la cabeza al no entender lo que estaban diciendo.
La mujer se puso en pie y trató de peinarse un poco.
—Déjamelo a mí, estará como nuevo mañana a primera hora — Se acercó y extendió los brazos para tomar al pequeño perro negro. —Vuelve mañana al medio día para recogerlo, tendré los papeles de adopción listos y esta vez si serán originales — Se permitió bromear. —Por todo lo demás, FELICITACIONES. Misión cumplida, Himura Ren.