10/04/2020, 19:56
El charka verdoso destelló en el pie derecho del boxeador.
Datsue dio un paso.
El brillo viajó por toda la pierna, mientras empujaba; y pasó por su cadera, que empezó a girar, dándole fuerza.
El uzujin dio otro paso, Rasengan en mano y ocultando sus verdaderas intenciones hasta el último momento.
Desde su cadera, la luz pasó por su costado, justo cuando lo agarró de la chaqueta, y subió hasta su brazo. La técnica de Datsue se acercaba con velocidad hacia su pecho, pero el destello también era veloz.
Desde su brazo, la chispa de voluntad de Daigo aceleró y avanzó hasta su puño...
... que impactó con la fuerza de mil hombres en la mandíbula del Uchiha, pero él no se rendiría, Daigo tampoco.
Datsue volvió volando hasta el peliverde de forma sobrenatural para continuar con el combate, que fue largo y complicado. Un verdadero choque de voluntades que acabó con la victoria de la voluntad más fuerte.
La de Tsukiyama Daigo.
El Tigre se alzó victorioso, y respondió los aplausos del público con un rugido victorioso.
—ROOOOOOOooooaaaaaah... —el "rugido" se perdió rápidamente en un gritito agudo y muy bajito en cuanto se dio cuenta de que estaba en la cama de un hospital.
El rostro de Daigo enrojeció de pronto, avergonzado, aunque era complicado de ver entre tanto golpe y venda. Porque sí, el chico estaba destrozado. Tenía gran parte de su rostro vendado, así como la gran mayoría de su cuerpo quemado y golpeado. Roto y calcinado. Rōgalo probablemente lo pudo reconocer debajo de tanto vendaje porque ya sabía de antemano que estaba alí.
—¿King-san? —al menos había mejorado su pronunciación
Datsue dio un paso.
El brillo viajó por toda la pierna, mientras empujaba; y pasó por su cadera, que empezó a girar, dándole fuerza.
El uzujin dio otro paso, Rasengan en mano y ocultando sus verdaderas intenciones hasta el último momento.
Desde su cadera, la luz pasó por su costado, justo cuando lo agarró de la chaqueta, y subió hasta su brazo. La técnica de Datsue se acercaba con velocidad hacia su pecho, pero el destello también era veloz.
Desde su brazo, la chispa de voluntad de Daigo aceleró y avanzó hasta su puño...
... que impactó con la fuerza de mil hombres en la mandíbula del Uchiha, pero él no se rendiría, Daigo tampoco.
Datsue volvió volando hasta el peliverde de forma sobrenatural para continuar con el combate, que fue largo y complicado. Un verdadero choque de voluntades que acabó con la victoria de la voluntad más fuerte.
La de Tsukiyama Daigo.
El Tigre se alzó victorioso, y respondió los aplausos del público con un rugido victorioso.
—ROOOOOOOooooaaaaaah... —el "rugido" se perdió rápidamente en un gritito agudo y muy bajito en cuanto se dio cuenta de que estaba en la cama de un hospital.
El rostro de Daigo enrojeció de pronto, avergonzado, aunque era complicado de ver entre tanto golpe y venda. Porque sí, el chico estaba destrozado. Tenía gran parte de su rostro vendado, así como la gran mayoría de su cuerpo quemado y golpeado. Roto y calcinado. Rōgalo probablemente lo pudo reconocer debajo de tanto vendaje porque ya sabía de antemano que estaba alí.
—¿King-san? —al menos había mejorado su pronunciación
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.