13/04/2020, 21:31
Había algo extraño en Rōga. No hablaba como usualmente lo hacía, y tampoco sonreía. Simplemente estaba ahí, mirándolo, desanimado.
Daigo ya se imaginaba que probablemente se debía al estado en el que se encontraba, aunque solo podía imaginárselo, porque por suerte no tenía un espejo a mano para verse la cara.
Miró sus manos. Estaban vendadas, pero por suerte todavía seguían ahí, igual que sus piernas. Suspiró aliviado y miró al Yotsuki. Él no parecía aliviado.
El peliverde sonrió. Le dolía muchísimo y le faltaba más de un diente, pero sonreía como siempre, aunque fuera un poco diferente.
—¿Esto? —preguntó—. No es nada, suele pasar. ¡Tendrías que haberme visto cuando acabó el anterior torneo!
Rio, esforzándose en convencer a Rōga de que estaba perfectamente, especialmente ahora que estaba comprendiendo que había perdido su combate.
¿O se intentaba convencer a sí mismo?
Daigo ya se imaginaba que probablemente se debía al estado en el que se encontraba, aunque solo podía imaginárselo, porque por suerte no tenía un espejo a mano para verse la cara.
Miró sus manos. Estaban vendadas, pero por suerte todavía seguían ahí, igual que sus piernas. Suspiró aliviado y miró al Yotsuki. Él no parecía aliviado.
El peliverde sonrió. Le dolía muchísimo y le faltaba más de un diente, pero sonreía como siempre, aunque fuera un poco diferente.
—¿Esto? —preguntó—. No es nada, suele pasar. ¡Tendrías que haberme visto cuando acabó el anterior torneo!
Rio, esforzándose en convencer a Rōga de que estaba perfectamente, especialmente ahora que estaba comprendiendo que había perdido su combate.
¿O se intentaba convencer a sí mismo?
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.