23/12/2015, 06:07
~ Claro que prefiero comer aquí… ~ Pensaba la chica a la que le recorría un escalofrío cada vez que pensaba en salir del establecimiento por esas horas de la noche. Dicho lo dicho, ella se dedicó a seguir al muchacho para evitarse cualquier tipo de nuevo inconveniente ya que se veía que sabía bien como resolver los problemas sin recurrir a la violencia, cosa que ella aún no aprendía.
Lo mejor sería quedarse cerca del pelirrojo, aunque sea por simple conveniencia temporal y… ~ ¿¡DIAMANTES!? ~ Se cuestionaba la rubia incrédula a la que casi se le salen los ojos de sus órbitas al ver aquello, acababa de regalar una esmeralda y ahora tres diamantes, cuatro objetos sumamente valiosos si se ponían a la venta y él los estaba repartiendo como si no valiesen absolutamente nada, era simplemente increíble y Noemi no terminaba de creerlo. ~ ¿Serán falsas...? ~ Pensó la rubia que aprovechó para revisar nuevamente la joya, aunque al no ser una experta en ese tipo de cuestiones no podría sacar ninguna deducción.
Fue allí cuando el pelirrojo la sacó de transe sacándole de nuevo la sonrisa con la que le había estado mirando todo ese rato. - Parece que el dinero no es un problema para ti ¿No? - Comentó ella mientras emprendía la marcha hacia la zona del comedor donde se buscaría una mesa desocupada. Por fortuna a pocos pasos de la entrada había una justamente para dos personas a donde la kunoichi se dirigiría suponiendo que el pelirrojo la seguiría.
Tras tomar asiento no se podía dar el lujito de dejar que la conversación muriese o algo por el estilo más que nada porque no le resultaba conveniente de momento así que luego de acomodarse habiendo guardado la esmeralda que le había regalado previamente en su portaobjetos, depositó el brazo izquierdo sobre la mesa que luego utilizaría como soporte para su cabeza mientras que con un dedo de la otra mano se dedicaría a jugar con un mechón de su cabello al cual le daría vueltas constantemente. - Así que… Reiji, ¿Lleva mucho trabajando como shinobi? - Preguntó con una sonrisa cordial esperando no molestarle.
Lo mejor sería quedarse cerca del pelirrojo, aunque sea por simple conveniencia temporal y… ~ ¿¡DIAMANTES!? ~ Se cuestionaba la rubia incrédula a la que casi se le salen los ojos de sus órbitas al ver aquello, acababa de regalar una esmeralda y ahora tres diamantes, cuatro objetos sumamente valiosos si se ponían a la venta y él los estaba repartiendo como si no valiesen absolutamente nada, era simplemente increíble y Noemi no terminaba de creerlo. ~ ¿Serán falsas...? ~ Pensó la rubia que aprovechó para revisar nuevamente la joya, aunque al no ser una experta en ese tipo de cuestiones no podría sacar ninguna deducción.
Fue allí cuando el pelirrojo la sacó de transe sacándole de nuevo la sonrisa con la que le había estado mirando todo ese rato. - Parece que el dinero no es un problema para ti ¿No? - Comentó ella mientras emprendía la marcha hacia la zona del comedor donde se buscaría una mesa desocupada. Por fortuna a pocos pasos de la entrada había una justamente para dos personas a donde la kunoichi se dirigiría suponiendo que el pelirrojo la seguiría.
Tras tomar asiento no se podía dar el lujito de dejar que la conversación muriese o algo por el estilo más que nada porque no le resultaba conveniente de momento así que luego de acomodarse habiendo guardado la esmeralda que le había regalado previamente en su portaobjetos, depositó el brazo izquierdo sobre la mesa que luego utilizaría como soporte para su cabeza mientras que con un dedo de la otra mano se dedicaría a jugar con un mechón de su cabello al cual le daría vueltas constantemente. - Así que… Reiji, ¿Lleva mucho trabajando como shinobi? - Preguntó con una sonrisa cordial esperando no molestarle.