22/04/2020, 00:59
—No diría que fuese algo tan simple, pero para términos técnicos supongo que son adjetivos válidos — Continuaron colocando los libros en su lugar, hasta que finalmente lograron dejarla impecable.
El Yotsuki sonrió ampliamente y puso las manos en la cintura con orgullo al ver los frutos de su esfuerzo, sólo para luego volteara ver las otras estanterías y darse cuenta de que les faltaban muchísimas para completar la veintena que tenían por detrás. Las comisuras de sus labios bajaron y la sonrisa se borró, frunció el ceño y gruñó. "Ahhh esto va para largo. Bueno, quién no se preocuoa por las cosas pequeñas no puede aspirar a preocuparse por problemas mayores." Se dio un par de palmadas en la cara mientras empezaba a recoger los libros del siguiente pasillo.
—¿Alguna vez has visto a Yondaime-sama en persona? — Quiso continuar con la conversación para no aburrirse, además que raramente podía hablar de esas cosas con alguien. —Yo sólo una vez, pero fue, impactante, por decirlo de alguna manera — Ciertamente lo marcó, pues fue en una situación crítica. Ver la imponente presencia de Yui, su habilidad aterrorizar a su enemigo y por sobre todo, las lágrimas de quién ve alejado de sus brazos a su familia y se preocupa por esta. —Si tuviera que elegir una palabra para describirla, sería madre. Una estricta que te pateará el hocico si te portas mal, pero una madre al final de cuentas.
Estaba apilando montones de libros, repitiendo el procedimiento anterior.
El Yotsuki sonrió ampliamente y puso las manos en la cintura con orgullo al ver los frutos de su esfuerzo, sólo para luego volteara ver las otras estanterías y darse cuenta de que les faltaban muchísimas para completar la veintena que tenían por detrás. Las comisuras de sus labios bajaron y la sonrisa se borró, frunció el ceño y gruñó. "Ahhh esto va para largo. Bueno, quién no se preocuoa por las cosas pequeñas no puede aspirar a preocuparse por problemas mayores." Se dio un par de palmadas en la cara mientras empezaba a recoger los libros del siguiente pasillo.
—¿Alguna vez has visto a Yondaime-sama en persona? — Quiso continuar con la conversación para no aburrirse, además que raramente podía hablar de esas cosas con alguien. —Yo sólo una vez, pero fue, impactante, por decirlo de alguna manera — Ciertamente lo marcó, pues fue en una situación crítica. Ver la imponente presencia de Yui, su habilidad aterrorizar a su enemigo y por sobre todo, las lágrimas de quién ve alejado de sus brazos a su familia y se preocupa por esta. —Si tuviera que elegir una palabra para describirla, sería madre. Una estricta que te pateará el hocico si te portas mal, pero una madre al final de cuentas.
Estaba apilando montones de libros, repitiendo el procedimiento anterior.