22/04/2020, 23:37
Rōga giró el cuello peligrosamente, tronando por el brusco movimiento mientras afilaba una mirada amenazante encima de Ren. ¿Estaba juzgando a Yui-sama? Bueno, si le decía que por sus palabras podrían llegar a ejecutarla, únicamente estaría corroborando los miedos de la chica de que quizá la Arashikage no era más que una dictadora. Eso sí, la mirada de desaprobación por encima de la kunoichi no mermó en ningún momento.
—Tell me something, ¿crees ciegamente todo lo que te dicen los mayores o los superiores? — Arqueó la ceja. —Así como se nos dijo que los bijuu eran monstruos desalmados, pero que ahora debemos cooperar para enfrentar a un enemigo en común ¿Puedes ver la analogía de ambas cosas? — Por un momento dejó de lado el trabajo y se cruzó de brazos. —La gente puede hablar, hablar y hablar por sus propias experiencias, ¿tu criterio se limita a lo que escuchas?— No cambiaba su semblante ni un ápice.
—Los shinobi estamos para servir a la aldea, ¿pero eso se limita a acatar órdenes? ¿Qué es realmente para vos el ser una kunoichi? ¿Qué representa la gente del País de la Tormenta para ti? Quizá parezca que mis preguntas no tienen ninguna relación, pero creo que hay algo muy importante que aún no tienes claro— Finalmente bajó los brazos, suspiró, se dio la vuelta y volvió a los libros.
»Amegakure no son todos los edificios montados en medio de un lago, Amegakure son sus habitantes. Yo no suelo confiar en las palabras de los demás, yo juzgo por lo que veo. Y cuando yo vi a Yondaime-sama, yo vi a alguien que ama a Amegakure como nadie más.
Ciertamente, era muy complicado explicar su propia visión a alguien que tenía tantos temores, pero esperaba al menos lograr que ella buscase por sí misma las respuestas a aquellas preguntas.
—Tell me something, ¿crees ciegamente todo lo que te dicen los mayores o los superiores? — Arqueó la ceja. —Así como se nos dijo que los bijuu eran monstruos desalmados, pero que ahora debemos cooperar para enfrentar a un enemigo en común ¿Puedes ver la analogía de ambas cosas? — Por un momento dejó de lado el trabajo y se cruzó de brazos. —La gente puede hablar, hablar y hablar por sus propias experiencias, ¿tu criterio se limita a lo que escuchas?— No cambiaba su semblante ni un ápice.
—Los shinobi estamos para servir a la aldea, ¿pero eso se limita a acatar órdenes? ¿Qué es realmente para vos el ser una kunoichi? ¿Qué representa la gente del País de la Tormenta para ti? Quizá parezca que mis preguntas no tienen ninguna relación, pero creo que hay algo muy importante que aún no tienes claro— Finalmente bajó los brazos, suspiró, se dio la vuelta y volvió a los libros.
»Amegakure no son todos los edificios montados en medio de un lago, Amegakure son sus habitantes. Yo no suelo confiar en las palabras de los demás, yo juzgo por lo que veo. Y cuando yo vi a Yondaime-sama, yo vi a alguien que ama a Amegakure como nadie más.
Ciertamente, era muy complicado explicar su propia visión a alguien que tenía tantos temores, pero esperaba al menos lograr que ella buscase por sí misma las respuestas a aquellas preguntas.