24/04/2020, 20:47
El genin carcajeó, carcajeó con todas sus fuerzas. Sin embargo no se estaba burlando, no esta vez. Era una risotada de satisfacción, con el pecho henchido de orgullo al escuchar a las palabras del peliverde. "Ese es el Tsukiyama que Lobo recuerda." Aquel que tenía bien claro lo que tenía enfrente, aquel a quién deseaba desafiar y medirse. Pero por eso mismo, no podía dejar que lo opacase y se llevase toda la gloria. No, no señor.
—Me ofende que tengas que preguntar eso — Alzó la ceja y sonrió enseñando los dientes, para luego pegar un brinco de un tocón a otro, cayendo en uno que se encontraba a las espaldas del kusajin.
Tuvo algo de dolor en la espalda por el movimiento brusco, pero tenía la suficiente entereza para disimularlo y que esto no afectase su aura de confianza mientras relajaba ambos brazos.
—No podría pensar en otra persona que no fueses tú para guiar a la gente de Kusagakure, aunque... — sonrió sórdido y entrecerró los ojos. —También tienes que mostrarme que estarás a la altura — De inmediato pasó a su postura de ataque, una que su amigo ya conocía de sobra con esas manos formando amenazantes garras.
»Lo lamento, pero hay algo dentro de mí que me exige medir fuerzas. No puedo dejar que te pases de confianzudo y creas que puedes superarme con tanta facilidad. ¡SUBE ACÁ Y MUÉSTRAME QUE DE VERDAD TU ESPÍRITU NO SE HA APAGADO! ¡NO QUIERO PROMESAS VACÍAS!
—Me ofende que tengas que preguntar eso — Alzó la ceja y sonrió enseñando los dientes, para luego pegar un brinco de un tocón a otro, cayendo en uno que se encontraba a las espaldas del kusajin.
Tuvo algo de dolor en la espalda por el movimiento brusco, pero tenía la suficiente entereza para disimularlo y que esto no afectase su aura de confianza mientras relajaba ambos brazos.
—No podría pensar en otra persona que no fueses tú para guiar a la gente de Kusagakure, aunque... — sonrió sórdido y entrecerró los ojos. —También tienes que mostrarme que estarás a la altura — De inmediato pasó a su postura de ataque, una que su amigo ya conocía de sobra con esas manos formando amenazantes garras.
»Lo lamento, pero hay algo dentro de mí que me exige medir fuerzas. No puedo dejar que te pases de confianzudo y creas que puedes superarme con tanta facilidad. ¡SUBE ACÁ Y MUÉSTRAME QUE DE VERDAD TU ESPÍRITU NO SE HA APAGADO! ¡NO QUIERO PROMESAS VACÍAS!