27/04/2020, 12:29
La tarde transcurrió con normalidad, incluso Tamanegiya Sairō se tomó la molestia de darnos un poco de almuerzo, haciendo gala de su hospitalidad que había ido exhibiendo a lo largo del día. Al final, la noche empezaba a asomarse y aquellos tintes anaranjados en el horizonte alarmaban de ello. era el momento de empezar con el trabajo.
—Creo… Ahm… Creo que es buena ho-hora para ir a con los granjeros. ¿No, Sora-sensei, Yota-san, Kumopansa-san?
Ranko fue la primera en hablar en voz alta. Pero estaba en lo cierto.
— Sí, Ranko-chan tiene razón
— Ya le dije que estos ninjas son de mi absoluta confianza, Sairō-dono. Son responsables y resolutivos. Bien pues, todo el mundo a los puestos acordados y si llegan los asaltantes antes de hacer nada avisad al resto
— ¡Sí, sensei!
Kumopansa asintió mientras yo hacía una reverencia y, junto a Ranko, nos fuimos de la residencia de los Tamanegiya donde se iba a quedar Sora a hacer guardia. Pronto nos separamos de nuevo, puesto que uno iba al sur de la aldea y el otro al norte.
— Buena suerte, Ranko.-san
Le dediqué una sonrisa a la que esperaba que fuese mi compañera de equipo en el futuro y puse rumbo hasta el hogar de Kitate, donde Kumopansa y yo íbamos a establecer la guardia.
—Creo… Ahm… Creo que es buena ho-hora para ir a con los granjeros. ¿No, Sora-sensei, Yota-san, Kumopansa-san?
Ranko fue la primera en hablar en voz alta. Pero estaba en lo cierto.
— Sí, Ranko-chan tiene razón
— Ya le dije que estos ninjas son de mi absoluta confianza, Sairō-dono. Son responsables y resolutivos. Bien pues, todo el mundo a los puestos acordados y si llegan los asaltantes antes de hacer nada avisad al resto
— ¡Sí, sensei!
Kumopansa asintió mientras yo hacía una reverencia y, junto a Ranko, nos fuimos de la residencia de los Tamanegiya donde se iba a quedar Sora a hacer guardia. Pronto nos separamos de nuevo, puesto que uno iba al sur de la aldea y el otro al norte.
— Buena suerte, Ranko.-san
Le dediqué una sonrisa a la que esperaba que fuese mi compañera de equipo en el futuro y puse rumbo hasta el hogar de Kitate, donde Kumopansa y yo íbamos a establecer la guardia.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa