29/04/2020, 23:41
—Yo reafirmo mi postura. No dije que esté cerrado a opciones, pero primero deben mostrarme realmente lo que valen — Resopló. Ciertamente esa propia discusión era un ejemplo de que tan cabeza dura podía ser el Yotsuki. Muchos antes habáin intentado meterle ideas en su cabeza, ya sea por las buenas o por las malas, pero sin éxito alguno. Ren no iba a ser la primera en hacerlo cambiar de opinión. Estaba muy, muy lejos de ello.
Una estantería más en pie, pero aún faltaba rellenarla de libros. La rutina empezaba a aburrir la genin, pero se distraía fácilmente con la plática. Sonrió especialmente cuando la kunoichi sacó un tema muy importante para él: La música. Oh, podía hablar horas y horas de eso. Incluso pareció tener nuevos ánimos con ellos.
—Si me preguntas porqué, no puedo darte una razón. La música es la razón—. Tomó dos libros con cada mano, dio un giro y los colocó en fila, se agachaba y recogía otros al girar, repitiendo un movimiento rítmico al repetir la acción, como si bailase ante una melodía invisible. —¿Qué sientes al escuchar una melodía? Pueden ser mil emociones, puede ser nada. Es como magia — Tomó un último libro y lo sujetó delante de sí de forma totalmente vertical alineándolo con su mirada mientras con su otro brazos formaba una escuadra, observando el espacio vacío en la estantería. —Ha estado presente desde siempre en mi vida. Desde las viejas canciones que mi abuelo solía oír hasta la guitarra que mi papá me regaló de pequeño. Crecía con ella, no me puedo separar de la música — Tras apuntar, arrojó el libro, el cuál giró y a duras penas logró entrar y encajar en el espacio que le correspondía.
»La música es un reflejo de quién somos, de nuestra realidad. Puedes mostrarle al mundo lo que sientes y tocar corazones con las notas. Planeo que algún día todos me oigan, y que mi música toque los ideales de las personas.
Una estantería más en pie, pero aún faltaba rellenarla de libros. La rutina empezaba a aburrir la genin, pero se distraía fácilmente con la plática. Sonrió especialmente cuando la kunoichi sacó un tema muy importante para él: La música. Oh, podía hablar horas y horas de eso. Incluso pareció tener nuevos ánimos con ellos.
—Si me preguntas porqué, no puedo darte una razón. La música es la razón—. Tomó dos libros con cada mano, dio un giro y los colocó en fila, se agachaba y recogía otros al girar, repitiendo un movimiento rítmico al repetir la acción, como si bailase ante una melodía invisible. —¿Qué sientes al escuchar una melodía? Pueden ser mil emociones, puede ser nada. Es como magia — Tomó un último libro y lo sujetó delante de sí de forma totalmente vertical alineándolo con su mirada mientras con su otro brazos formaba una escuadra, observando el espacio vacío en la estantería. —Ha estado presente desde siempre en mi vida. Desde las viejas canciones que mi abuelo solía oír hasta la guitarra que mi papá me regaló de pequeño. Crecía con ella, no me puedo separar de la música — Tras apuntar, arrojó el libro, el cuál giró y a duras penas logró entrar y encajar en el espacio que le correspondía.
»La música es un reflejo de quién somos, de nuestra realidad. Puedes mostrarle al mundo lo que sientes y tocar corazones con las notas. Planeo que algún día todos me oigan, y que mi música toque los ideales de las personas.