3/05/2020, 12:30
Isamu se sorprendió al escuchar la reacción de la chica y rápidamente cambia su postura hacía la normal. Se la queda mirando, un poco confundido por la reacción y con una sonrisa que se le fue dibujando en la cara por la escena que estaba armando la joven. También porque no pensó que la persona que vivía allí iba a actuar de esa forma.
—No se debe disculpar.—Sonreía, luego de que la otra se presentara.
Pasó al templo al ver que se movía para que el shinobi entrara. Aunque él estaba ahí para darle una mano y cuidar a la joven, al ver como cerraba la puerta, no se quiso interponer. Le parecía notar que la chica estaba muy enfocada a intentar hacer las cosas por su cuenta. Al escuchar como cerraba la puerta, simplemente siguió a la chica por el jardín que tenían afuera. Observaba atentamente como era aquel lugar por dentro y cada detalle del mismo, aún le intrigaba mucho que eran las cosas que se podía topar ahí. Se limitó a quedarse callado mientras avanzaban hacía la entrada de la casa.
Dentro ya del hogar, seguía a la chica por detrás mientras esta la llevaba al cuarto donde este se iba a quedar. Mientras recorrían el pasillo, le subió un escalofrío por todo el cuerpo al sentir el ambiente del lugar. De todos modos, intento no darle mucha importancia al aspecto del sitio e ignoro un poco la sensación que acababa de sentir. Una vez en frente de la habitación en la que se iba a quedar, ve de nuevo como la chica se esfuerza por abrir la puerta.
—Muchas gracias Isa-san y no se disculpe por eso, yo puedo ordenar la habitación.—Sonreía nuevamente.—Acuérdese que estoy aquí para ayudarla, no es necesario que se esfuerce.—Soltó aquel comentario, aunque con cierta delicadeza. Tampoco quería molestar a la chica.
—No se debe disculpar.—Sonreía, luego de que la otra se presentara.
Pasó al templo al ver que se movía para que el shinobi entrara. Aunque él estaba ahí para darle una mano y cuidar a la joven, al ver como cerraba la puerta, no se quiso interponer. Le parecía notar que la chica estaba muy enfocada a intentar hacer las cosas por su cuenta. Al escuchar como cerraba la puerta, simplemente siguió a la chica por el jardín que tenían afuera. Observaba atentamente como era aquel lugar por dentro y cada detalle del mismo, aún le intrigaba mucho que eran las cosas que se podía topar ahí. Se limitó a quedarse callado mientras avanzaban hacía la entrada de la casa.
Dentro ya del hogar, seguía a la chica por detrás mientras esta la llevaba al cuarto donde este se iba a quedar. Mientras recorrían el pasillo, le subió un escalofrío por todo el cuerpo al sentir el ambiente del lugar. De todos modos, intento no darle mucha importancia al aspecto del sitio e ignoro un poco la sensación que acababa de sentir. Una vez en frente de la habitación en la que se iba a quedar, ve de nuevo como la chica se esfuerza por abrir la puerta.
—Muchas gracias Isa-san y no se disculpe por eso, yo puedo ordenar la habitación.—Sonreía nuevamente.—Acuérdese que estoy aquí para ayudarla, no es necesario que se esfuerce.—Soltó aquel comentario, aunque con cierta delicadeza. Tampoco quería molestar a la chica.
Hablar — «Pensar»