28/12/2015, 11:48
— Parece que el dinero no es un problema para ti ¿No? -
Reiji sonrió ante las palabras de la muchacha. No, pagar nunca había sido un problema para él. Su chakra le daba la capacidad de crear o manipular el cristal y las joyas preciosas, así que cuando se encontraba falto de dinero solo tenia que tirar de sus habilidades y crear alguna joya bonita. Eso y su labia le ayudaban bastante a convencer a la gente de que se podía pagar con eso. A algunos no tenia ni que hablarles para que cogieran las gemas sin pensarlo.
—Al fin y al cabo, un príncipe como yo tiene que ir preparado por si se cruza con una dama como vos
No solo siguió a la joven hasta el comedor, que quedaba cerca de la entrada, si no que cuando ambos fijaron su mirada en una mesa para dos personas que estaba desocupadas, Reiji se adelanto a la joven para cederle el asiento como el caballero que el mismo se consideraba. Después Reiji se desprendió de su gabardina y la colgó en el respaldo de su propio asiento antes de plantar su trasero en la silla.
— Así que… Reiji, ¿Lleva mucho trabajando como shinobi?
La pregunta de la joven saco al muchacho de su nuevo trance. Estaba mirando como la muchacha jugaba con sus cabellos dorados y no pudo evitar imaginarse a aquella joven pelirroja que le había arrebatado el corazón. No había podido evitar imaginarse a si mismo jugando con aquellos cabellos del color de la sangre. Pero entonces la dulce voz de aquella muchacha lo devolvió a la realidad.
—No mucho en realidad,¿Y vos?¿Que clase de deidad cruel envía a uno de sus ángeles a un lugar como este para que sirva como guerrera?
Reiji sonrió ante las palabras de la muchacha. No, pagar nunca había sido un problema para él. Su chakra le daba la capacidad de crear o manipular el cristal y las joyas preciosas, así que cuando se encontraba falto de dinero solo tenia que tirar de sus habilidades y crear alguna joya bonita. Eso y su labia le ayudaban bastante a convencer a la gente de que se podía pagar con eso. A algunos no tenia ni que hablarles para que cogieran las gemas sin pensarlo.
—Al fin y al cabo, un príncipe como yo tiene que ir preparado por si se cruza con una dama como vos
No solo siguió a la joven hasta el comedor, que quedaba cerca de la entrada, si no que cuando ambos fijaron su mirada en una mesa para dos personas que estaba desocupadas, Reiji se adelanto a la joven para cederle el asiento como el caballero que el mismo se consideraba. Después Reiji se desprendió de su gabardina y la colgó en el respaldo de su propio asiento antes de plantar su trasero en la silla.
— Así que… Reiji, ¿Lleva mucho trabajando como shinobi?
La pregunta de la joven saco al muchacho de su nuevo trance. Estaba mirando como la muchacha jugaba con sus cabellos dorados y no pudo evitar imaginarse a aquella joven pelirroja que le había arrebatado el corazón. No había podido evitar imaginarse a si mismo jugando con aquellos cabellos del color de la sangre. Pero entonces la dulce voz de aquella muchacha lo devolvió a la realidad.
—No mucho en realidad,¿Y vos?¿Que clase de deidad cruel envía a uno de sus ángeles a un lugar como este para que sirva como guerrera?