16/05/2020, 20:12
—What the actual fucking hell?— Fue lo primero que exclamó Rōga al despertar y leer la nota. —Da heck is this?— Sacudió la cabeza, se restregó los ojos y bostezó, le dio la vuelta a la nota y trató de entender como verga aquel papel había terminado ahí, incluso revisando su ventana y demás. ¿Quién demonios se había metido a su habitación para dejar algo como eso?
Poco más tarde, se hallaba en la sala con su abuelo Shishio mientras este leía la nota entrecerrando los ojos.
—Si esta es una de tus bromas, mocoso idiota, habla ahora y no me hagas perder el tiempo — Exclamó apretando el papel.
—¡¿Huh?!— Se cruzó de brazos, indignado. —¡Pero que dices condenado viejo! ¿Cuando te he dado yo motivos para que dudes de mí? — Infló los cachetes.
—Desde la vez que te mandé a proteger el secreto de Báihū Zhāo y terminaste soterrando el tesoro para el resto de la eternidad.
—Que conste, que me mandaste sin la más mínima información. Y aún me debes la explicación de tu relación con aquel criminal llamado Hokkai Kid— Alzó la mirada con rabia.
Shishio frunció el ceño, pero con total cinismo y descaro ignoró aquella pregunta y resopló.
—¿Vienes a replicar cuando tengo este papel en mis manos? No puedo creer que en serio no sepas nada, te debiste involucrar con algo y estas son las consecuencias.
—Ya te he dicho que no tengo la más remota idea de quién pudo haber sido... En un inicio pensé que podría haber sido la misteriosa secta que me topé en aquella misión en el cementerio del gobi, pero recordando lo fácil que cayeron originalmente dudo que hayan tenido la capacidad de mandarme esta carta aquí para dejármela en la carota.
El genin relajó la postura y se desparramó dejando la cabeza hacia atrás en el sofá. Shishio se quedó callado, observó el papel y suspiró molesto.
—No es una amenaza, no es una invitación. La intuición natural sería...
—Es una trampa, quién me la ha metido, ni idea. Pero a base de conjeturas no podemos solicitar apoyo que también puede que sea nada, pese a que se han tomado las molestias de venir a dejarla hasta aquí. Indagaré un poco, quizá luego tú puedas mandar la letra a revisar para tener un registro de quién pueda ser esa caligrafía. Servirá de peso para que se sepa que no actúo por mi cuenta en esto. Saben mi identidad, ¿lo entiendes? ¡Soy lo suficientemente famoso para que alguna clase de organización se halla fijado en mí! Hohoho, esto de tener reputación tiene sus beneficios, me puede generar más publicidad~
—¡NO SE SUPONE QUE DEBAS ESTAR ORGULLOSO DE ESO NIÑO IDIOTA!— Acto seguido lo tomó de los pelos, lo levantó del sofá y lo arrojó hasta que chocó con la pared del recién remodelado comedor luego del incidente acuático. —Igual, si averiguas algo lo suficientemente consistente para dar un informe, hazlo. Yo me encargaré de ver si la aldea ya tiene algo de información al respecto a esa tal Corporación.
El de pelos tricolor pegó en le pared, cayendo de cabeza y con la espalda encorvada al punto que sus piernas trazaban un arco por sobre su cabeza. "Viejo de mierda." Se incorporó, se quitó el polvo y volvió a caminar hasta el sofá donde ya había preparado algo de equipaje, echándoselo al hombro.
—¿No es en estos momentos donde deberías decirme que es muy irresponsable para un genin ir de boca al peligro?
—Como si me fueras a hacer caso...
—Heh, supongo... Bueno, me largo. No le digas a mamá ni a papá, se preocuparán. Confío en ti, hasta luego.
El genin tomó una pequeña mochila con sus pertenencias ya guardas y emprendió su salida.
—Desde cuando se volvió tan altanero, dándome órdenes...— Observó el papel de nuevo, sin presta atención a la puerta que se cerraba tras del joven. —Cuanto ha crecido — Sonrió.
Así, el Yotsuki había emprendido la marcha a la Ciudad Fantasma, sin embargo, era cauteloso y reservado. Sabía que le esperaban, ¿que pasaría si él no iba? Exacto, no iba a dejar que supieran que había llegado. Era un cachorro de lobo astuto y no se iba a exponer a un riesgo innecesario. Debía dar a entender, que a un cazador no se le puede embaucar con facilidad. Por ello, antes de llegar a la ciudad tomaría otra forma. Quién entrase, no sería King Roga, sino una chica de kimono viejo y desteñido, con un shamisen en su espalda. Era una apariencia normalucha, justamente, para evitar llamar la atención. Llevaba el pelo suelto y lacio, en un tono café al igual que sus ojos. Sin duda podía presumir de tener un buen Henge no Jutsu para casos como ese... ¿Qué era lo que podría esperar en aquel lugar?
"¿Quién ha osado jugar con el Lobo?"
Poco más tarde, se hallaba en la sala con su abuelo Shishio mientras este leía la nota entrecerrando los ojos.
—Si esta es una de tus bromas, mocoso idiota, habla ahora y no me hagas perder el tiempo — Exclamó apretando el papel.
—¡¿Huh?!— Se cruzó de brazos, indignado. —¡Pero que dices condenado viejo! ¿Cuando te he dado yo motivos para que dudes de mí? — Infló los cachetes.
—Desde la vez que te mandé a proteger el secreto de Báihū Zhāo y terminaste soterrando el tesoro para el resto de la eternidad.
—Que conste, que me mandaste sin la más mínima información. Y aún me debes la explicación de tu relación con aquel criminal llamado Hokkai Kid— Alzó la mirada con rabia.
Shishio frunció el ceño, pero con total cinismo y descaro ignoró aquella pregunta y resopló.
—¿Vienes a replicar cuando tengo este papel en mis manos? No puedo creer que en serio no sepas nada, te debiste involucrar con algo y estas son las consecuencias.
—Ya te he dicho que no tengo la más remota idea de quién pudo haber sido... En un inicio pensé que podría haber sido la misteriosa secta que me topé en aquella misión en el cementerio del gobi, pero recordando lo fácil que cayeron originalmente dudo que hayan tenido la capacidad de mandarme esta carta aquí para dejármela en la carota.
El genin relajó la postura y se desparramó dejando la cabeza hacia atrás en el sofá. Shishio se quedó callado, observó el papel y suspiró molesto.
—No es una amenaza, no es una invitación. La intuición natural sería...
—Es una trampa, quién me la ha metido, ni idea. Pero a base de conjeturas no podemos solicitar apoyo que también puede que sea nada, pese a que se han tomado las molestias de venir a dejarla hasta aquí. Indagaré un poco, quizá luego tú puedas mandar la letra a revisar para tener un registro de quién pueda ser esa caligrafía. Servirá de peso para que se sepa que no actúo por mi cuenta en esto. Saben mi identidad, ¿lo entiendes? ¡Soy lo suficientemente famoso para que alguna clase de organización se halla fijado en mí! Hohoho, esto de tener reputación tiene sus beneficios, me puede generar más publicidad~
—¡NO SE SUPONE QUE DEBAS ESTAR ORGULLOSO DE ESO NIÑO IDIOTA!— Acto seguido lo tomó de los pelos, lo levantó del sofá y lo arrojó hasta que chocó con la pared del recién remodelado comedor luego del incidente acuático. —Igual, si averiguas algo lo suficientemente consistente para dar un informe, hazlo. Yo me encargaré de ver si la aldea ya tiene algo de información al respecto a esa tal Corporación.
El de pelos tricolor pegó en le pared, cayendo de cabeza y con la espalda encorvada al punto que sus piernas trazaban un arco por sobre su cabeza. "Viejo de mierda." Se incorporó, se quitó el polvo y volvió a caminar hasta el sofá donde ya había preparado algo de equipaje, echándoselo al hombro.
—¿No es en estos momentos donde deberías decirme que es muy irresponsable para un genin ir de boca al peligro?
—Como si me fueras a hacer caso...
—Heh, supongo... Bueno, me largo. No le digas a mamá ni a papá, se preocuparán. Confío en ti, hasta luego.
El genin tomó una pequeña mochila con sus pertenencias ya guardas y emprendió su salida.
—Desde cuando se volvió tan altanero, dándome órdenes...— Observó el papel de nuevo, sin presta atención a la puerta que se cerraba tras del joven. —Cuanto ha crecido — Sonrió.
Así, el Yotsuki había emprendido la marcha a la Ciudad Fantasma, sin embargo, era cauteloso y reservado. Sabía que le esperaban, ¿que pasaría si él no iba? Exacto, no iba a dejar que supieran que había llegado. Era un cachorro de lobo astuto y no se iba a exponer a un riesgo innecesario. Debía dar a entender, que a un cazador no se le puede embaucar con facilidad. Por ello, antes de llegar a la ciudad tomaría otra forma. Quién entrase, no sería King Roga, sino una chica de kimono viejo y desteñido, con un shamisen en su espalda. Era una apariencia normalucha, justamente, para evitar llamar la atención. Llevaba el pelo suelto y lacio, en un tono café al igual que sus ojos. Sin duda podía presumir de tener un buen Henge no Jutsu para casos como ese... ¿Qué era lo que podría esperar en aquel lugar?
"¿Quién ha osado jugar con el Lobo?"