22/05/2020, 02:04
Comenzó a caminar junto a él mientras escuchaba lo que le decía. Si, sabía quienes eran La Corporación. Había conocido a su líder en persona, y también tenía cierta información que el mismo Roga no conocía, y no debía conocer aún. Sabía cual podía llegar a ser su potencial, pero desconocía el nivel de influencia que tenían en la aldea. Si habían podido hacer llegar unos papeles a la cama de dos genin, quería decir que aún tenían efectivos infiltrados en Amegakure.
-Mi padre está de misión, así que dificilmente puedan contactar con él. De haberlo sabido le habría avisado, pero no suelo chivarle este tipo de cosas... -Dijo el pelinegro a modo de excusa, aunque con total sinceridad -Es una organización criminal. Al parecer, un hombre rico de Inaka al que todos estos delincuentes llaman Fakui-sama está reuniendo a los mejores luchadores de Oonindo o... Bueno, lo está intentando. ¿Sus intenciones? Ni idea, solo sé que se dividen en partes del cuerpo, es decir: El líder es la cabeza, otra persona es el brazo derecho y dirige a un pequeño grupo de personas, lo mismo con las otras tres extremidades. Al parecer hay una persona que es el torso, pero no la conozco -Explicó sin mirarle, era todo lo que sabía realmente, el resto eran nombres propios que no venían a cuento ahora mismo -No preguntes como aún, pero sé que el resto de la organización no me quiere matar pero esta familia me tiene especial asco. Puedo entenderlo, pero es extraño. -Añadió, asegurándose de que ya habían salido de la aldea.
Medía cada palabra que decía, cada sílaba, cada respiración. No quería que se le escapase nada que pudiera hacerle deducir que estaba haciendo de espía dentro de esa organización. Frente a ellos, trabajaba a su lado, pero realmente enviaba informes a la aldea de cada cosa que se enteraba, al menos así había hecho tras su primer encuentro con Fakui. Lo difícil era que el resto lo entendiera, era... Difícil.
-Mi padre está de misión, así que dificilmente puedan contactar con él. De haberlo sabido le habría avisado, pero no suelo chivarle este tipo de cosas... -Dijo el pelinegro a modo de excusa, aunque con total sinceridad -Es una organización criminal. Al parecer, un hombre rico de Inaka al que todos estos delincuentes llaman Fakui-sama está reuniendo a los mejores luchadores de Oonindo o... Bueno, lo está intentando. ¿Sus intenciones? Ni idea, solo sé que se dividen en partes del cuerpo, es decir: El líder es la cabeza, otra persona es el brazo derecho y dirige a un pequeño grupo de personas, lo mismo con las otras tres extremidades. Al parecer hay una persona que es el torso, pero no la conozco -Explicó sin mirarle, era todo lo que sabía realmente, el resto eran nombres propios que no venían a cuento ahora mismo -No preguntes como aún, pero sé que el resto de la organización no me quiere matar pero esta familia me tiene especial asco. Puedo entenderlo, pero es extraño. -Añadió, asegurándose de que ya habían salido de la aldea.
Medía cada palabra que decía, cada sílaba, cada respiración. No quería que se le escapase nada que pudiera hacerle deducir que estaba haciendo de espía dentro de esa organización. Frente a ellos, trabajaba a su lado, pero realmente enviaba informes a la aldea de cada cosa que se enteraba, al menos así había hecho tras su primer encuentro con Fakui. Lo difícil era que el resto lo entendiera, era... Difícil.