29/05/2020, 20:35
—Está bien, te invito a esos churros con chocolate...
—¡Ja! ¡Perdonada entonces!
Para que luego dijesen que era rencoroso. ¡Lo que pasaba era que la gente no sabía cómo compensarle debidamente tras una afrenta! Por ejemplo, si Ayame le hubiese invitado a un buen banquete en los Valles, tras aquellos chillidos demenciales en la habitación de Aiko, ninguna de sus venganzas hubiesen sucedido. Habría quedado ahí, en una mala anécdota que recordar.
¿Cómo hubiesen cambiado luego los acontecimientos, por aquel simple hecho? Quién sabía, quizá ahora ni siquiera fuesen amigos. Quizá, hasta hubiesen cambiado para peor.
—Qué va, te queda bien —respondió, sin profundizar cuán bien le quedaba. Aunque Datsue era de la opinión que, seguramente, el pelo largo le quedase incluso mejor. Una de esas opiniones que debía guardarse para sí.
Sentados en la mesa, Datsue levantó la mano para llamar la atención del hombre que atendía el local. Uno que, por lo que había podido ver, ya conocía a Aiko. Cuando vino para atenderles, el Uchiha pidió una taza de chocolate mediana y media docena de churros para él.
—Y bueno, cuéntame —dijo, tras el pedido—. ¿Qué tal te va la vida? ¿Muchas misiones?
—¡Ja! ¡Perdonada entonces!
Para que luego dijesen que era rencoroso. ¡Lo que pasaba era que la gente no sabía cómo compensarle debidamente tras una afrenta! Por ejemplo, si Ayame le hubiese invitado a un buen banquete en los Valles, tras aquellos chillidos demenciales en la habitación de Aiko, ninguna de sus venganzas hubiesen sucedido. Habría quedado ahí, en una mala anécdota que recordar.
¿Cómo hubiesen cambiado luego los acontecimientos, por aquel simple hecho? Quién sabía, quizá ahora ni siquiera fuesen amigos. Quizá, hasta hubiesen cambiado para peor.
—Qué va, te queda bien —respondió, sin profundizar cuán bien le quedaba. Aunque Datsue era de la opinión que, seguramente, el pelo largo le quedase incluso mejor. Una de esas opiniones que debía guardarse para sí.
Sentados en la mesa, Datsue levantó la mano para llamar la atención del hombre que atendía el local. Uno que, por lo que había podido ver, ya conocía a Aiko. Cuando vino para atenderles, el Uchiha pidió una taza de chocolate mediana y media docena de churros para él.
—Y bueno, cuéntame —dijo, tras el pedido—. ¿Qué tal te va la vida? ¿Muchas misiones?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado