31/12/2015, 03:57
El dulce caramelo que el albino tendía hacia su antagonista no tuvo el efecto deseado. Lejos de tomarlo, cual niño, éste se quedó cruzado de brazos. Evidentemente nada de ésto literalmente. Su antagonista había rechazado su farol, bien por una inteligencia superior o por el simple hecho de no saber pillar las indirectas... De todo ha de haber en el vado del señor, o algo así se dice. Fuere como fuere, o bien terminaba de aclararlo, o bien dejaba de lado ese bulo.
Arqueó una ceja ante la respuesta del chico, en un claro signo de desdichada negación. Su gesto reflejaba una clara duda, mostraba con su mirada que no era capaz de comprender de qué hablaba. En ningún momento había dicho que tuviese allí compatriotas. Había de responder y rápido.
—No lo has pillado... Yo no tengo allí compatriotas, ni los tenía en ese momento. Tampoco he estado en el momento del supuesto ataque del nueve colas, ni he escuchado los llantos y súplicas. Nací en ésta ciudad, bueno... en lo que queda de ella... y me dedico a recuperar tesoros. Algunos lo llaman también ser un "asaltatumbas".— Argumentó de inmediato. —Pero yo no creo que ese nombre sea apropiado... suena muy mal.—
Ya le había dado detalles para que lo tachase de esa profesión... tan solo quedaba la esperanza de que fuese malo captando indirectas, en vez de la otra opción. Fuere como fuere, ya debía pecar de mentiroso... asustarse y corroborar la primera intención era aún peor. Pecaría de tonto y mentiroso a la misma vez, y el albino no era ninguna de esas cosas.
«... A ver si puedo sacarte mas información...»
Obviamente, ahora quedaba esperar a una respuesta, una reacción. Tras de ello había de indagar un poco mas, pero ya buscaría las palabras necesarias mientras éste le respondía.
Arqueó una ceja ante la respuesta del chico, en un claro signo de desdichada negación. Su gesto reflejaba una clara duda, mostraba con su mirada que no era capaz de comprender de qué hablaba. En ningún momento había dicho que tuviese allí compatriotas. Había de responder y rápido.
—No lo has pillado... Yo no tengo allí compatriotas, ni los tenía en ese momento. Tampoco he estado en el momento del supuesto ataque del nueve colas, ni he escuchado los llantos y súplicas. Nací en ésta ciudad, bueno... en lo que queda de ella... y me dedico a recuperar tesoros. Algunos lo llaman también ser un "asaltatumbas".— Argumentó de inmediato. —Pero yo no creo que ese nombre sea apropiado... suena muy mal.—
Ya le había dado detalles para que lo tachase de esa profesión... tan solo quedaba la esperanza de que fuese malo captando indirectas, en vez de la otra opción. Fuere como fuere, ya debía pecar de mentiroso... asustarse y corroborar la primera intención era aún peor. Pecaría de tonto y mentiroso a la misma vez, y el albino no era ninguna de esas cosas.
«... A ver si puedo sacarte mas información...»
Obviamente, ahora quedaba esperar a una respuesta, una reacción. Tras de ello había de indagar un poco mas, pero ya buscaría las palabras necesarias mientras éste le respondía.