3/01/2016, 04:53
Justo cuando estaba terminando mi bola de arroz pude oír a una persona hablar ¿una mujer? me pregunte por la tonalidad clara de su voz, cuando gire a mi izquierda pude visualizarla entre los arboles, era una chica joven, seguramente habitante de la zona quien podría guiarme hacia al templo.
Guarde mis pertenencias en mi mochila rápidamente y salte entre los arboles para alcanzarle —¡Buenas tardes !—grite para avisar mi entrada y luego caí arrodillado y con la cabeza abajo en un signo de cortesía, estaba justo enfrente de ella a unos cuatros metros. —Buenas tardes señorita —refute —Me encuentro algo extraviado— cuando levante la mirada pude ver que la chica tenía una bandana en su cintura de Takigakure Vaya una compatriota — Mi nombre es Hayashi Haruto, y estoy buscando los templos perdidos—.
Algo que se me hizo muy raro fue que yo escuche hablar a aquella chica como si se dirijiera a otra persona, y pues no veía a nadie mas cerca.
Pese a que tuve una entrada muy de sorpresa, cosa que se me estaba convirtiendo en una costumbre estaba algo asustado de que tomara mi entrada mal y no quisiera ayudarme a encontrar los templos o aun así me diera malas indicaciones y terminara en una apretosa situación, pero bueno no me quedaba más que esperar que mi cortesía fuera suficiente para esta extraña chica.
Guarde mis pertenencias en mi mochila rápidamente y salte entre los arboles para alcanzarle —¡Buenas tardes !—grite para avisar mi entrada y luego caí arrodillado y con la cabeza abajo en un signo de cortesía, estaba justo enfrente de ella a unos cuatros metros. —Buenas tardes señorita —refute —Me encuentro algo extraviado— cuando levante la mirada pude ver que la chica tenía una bandana en su cintura de Takigakure Vaya una compatriota — Mi nombre es Hayashi Haruto, y estoy buscando los templos perdidos—.
Algo que se me hizo muy raro fue que yo escuche hablar a aquella chica como si se dirijiera a otra persona, y pues no veía a nadie mas cerca.
Pese a que tuve una entrada muy de sorpresa, cosa que se me estaba convirtiendo en una costumbre estaba algo asustado de que tomara mi entrada mal y no quisiera ayudarme a encontrar los templos o aun así me diera malas indicaciones y terminara en una apretosa situación, pero bueno no me quedaba más que esperar que mi cortesía fuera suficiente para esta extraña chica.