14/06/2020, 18:14
Ella puso cara de sorpresa, girando a verlo con los ojos como platos. Le hubiese gustado negarse, decir "no gracias estoy bien" pero mientras sus ojos se cristalizaban y empezaba a morder su labio inferior, no podía pronunciar esas palabras. Sus dedos se aferraron con aún más fuerza a los apoyos de su silla de ruedas. La congoja le invadió.
—Lo siento, lo siento mucho, Maki-san...— Hizo un esfuerzo por no romper a llorar ahí mismo. Estaban en público y lo último que necesitaba era llamar la atención de aquella manera tan escandalosa.
Era simplemente, que desde hace mucho nadie se había mostrado realmente amable con ella. Aún cuando no quería dar lástima, lo cierto es que en el ondo lo que realmente anhelaba era un poco de luz en el camino oscuro. Ahí, el genin fue una pequeña vela que alumbró aunque sea por unos instantes ese sendero. Los pequeños gestos, causaban una gran diferencia.
—Lo siento tanto, gracias, gracias Maki-san...
—Lo siento, lo siento mucho, Maki-san...— Hizo un esfuerzo por no romper a llorar ahí mismo. Estaban en público y lo último que necesitaba era llamar la atención de aquella manera tan escandalosa.
Era simplemente, que desde hace mucho nadie se había mostrado realmente amable con ella. Aún cuando no quería dar lástima, lo cierto es que en el ondo lo que realmente anhelaba era un poco de luz en el camino oscuro. Ahí, el genin fue una pequeña vela que alumbró aunque sea por unos instantes ese sendero. Los pequeños gestos, causaban una gran diferencia.
—Lo siento tanto, gracias, gracias Maki-san...