17/06/2020, 14:07
— Es probable que me escediara y que el fragor de la pelea me cegase. Lo cierto es que incluso ese henge formaba parte de mi estrategia con mi versión del Kashumi Jūsha no jutsu.
El anciano suspiró.
Era plenamente consciente de que se trataba de un combate y de que Yota, bueno, ni Yota ni nadie haría algo así sin un buen motivo, sin que fuese parte del plan para alcanzar la victoria. Sin embargo, no hay victoria que valga lo suficiente para usar la muerte de Kenzou. Sin duda, la victoria de Yota hubiese sido clara si Kintsugi no llega a intervernir.
— Puedo entender tu visión, Yota-san. Sin duda era una estrategia que te aseguraría la victoria. Pero, ¿valía la pena esa victoria? Vencer a un compañero, a alguien a quien deberás confiarle tu vida llegado el momento, usando la imagen de Kenzou.
Dejó unos segundos de reflexión antes de proseguir.
— No me malinterpretes. Yo también he sido joven, he sido ambicioso, he sido descuidado en mi búsqueda de fama, riqueza y de todo lo que quería. Juventud, divino tesoro. Tan impredecible como poderosa. En fin, no quiero comerte demasiado la cabeza. Lo que quería era decirte que no te preocupes, nadie, absolutamente nadie, está libre de pecado. Lo verdaderamente importante, es que cuando llegues a mi edad no tengas nada de lo que arrepentirte.
El anciano suspiró.
Era plenamente consciente de que se trataba de un combate y de que Yota, bueno, ni Yota ni nadie haría algo así sin un buen motivo, sin que fuese parte del plan para alcanzar la victoria. Sin embargo, no hay victoria que valga lo suficiente para usar la muerte de Kenzou. Sin duda, la victoria de Yota hubiese sido clara si Kintsugi no llega a intervernir.
— Puedo entender tu visión, Yota-san. Sin duda era una estrategia que te aseguraría la victoria. Pero, ¿valía la pena esa victoria? Vencer a un compañero, a alguien a quien deberás confiarle tu vida llegado el momento, usando la imagen de Kenzou.
Dejó unos segundos de reflexión antes de proseguir.
— No me malinterpretes. Yo también he sido joven, he sido ambicioso, he sido descuidado en mi búsqueda de fama, riqueza y de todo lo que quería. Juventud, divino tesoro. Tan impredecible como poderosa. En fin, no quiero comerte demasiado la cabeza. Lo que quería era decirte que no te preocupes, nadie, absolutamente nadie, está libre de pecado. Lo verdaderamente importante, es que cuando llegues a mi edad no tengas nada de lo que arrepentirte.
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