28/06/2020, 19:33
. Pero más vale que alguien pague por esto. Si no son ellos, que sea esa fulana.
Al menos terminó por aceptar. Aquello era algo que me aliviaba, tenía ganas de acabar con todo aquello y echarme una cabezadita.
. No los íbamos a matar, sólo a… sacudir.
Sora sonrió ante aquel particular susurro, pero lo cierto es que a la jōnin le daba un poco igual lo que iban a hacerles a aquellos desgraciaditos. Ellos no eran delincuentes, por decirlo de algún modo, se le trataba de necesitados. Actuaban por pura necesidad, se notaba ante su actitud y aquello era algo que tanto Yota como Ranko ya habrían notado.
— No se preocupen, señores, dejen esto en nuestras manos. Nos ocuparemos de esa fulana — dije tomándome muchas licencias y levantando el pulgar ante las dos aldeanas que me abrieron las puertas de su casa.
—A-ahm… ¿Deberíamos atarlos, Sora-sensei?
— Oh, no creo que sea necesario, Ranko-san. En caso de que intenten escapar yo misma los alcanzaré y los devolveré hasta aquí para que reciban su merecido, no sé si me explico...
Estaba bastante claro a lo que Sora se había referido y era un aviso de lo que iba a suceder si se tomaban la molestia de contradecirles.
— Bien, pongámonos en marcha, ¿dónde dijisteis que se escondía vuestra jefa? — cuestionó la pelirosa volteandose a los maleantes.
Al menos terminó por aceptar. Aquello era algo que me aliviaba, tenía ganas de acabar con todo aquello y echarme una cabezadita.
. No los íbamos a matar, sólo a… sacudir.
Sora sonrió ante aquel particular susurro, pero lo cierto es que a la jōnin le daba un poco igual lo que iban a hacerles a aquellos desgraciaditos. Ellos no eran delincuentes, por decirlo de algún modo, se le trataba de necesitados. Actuaban por pura necesidad, se notaba ante su actitud y aquello era algo que tanto Yota como Ranko ya habrían notado.
— No se preocupen, señores, dejen esto en nuestras manos. Nos ocuparemos de esa fulana — dije tomándome muchas licencias y levantando el pulgar ante las dos aldeanas que me abrieron las puertas de su casa.
—A-ahm… ¿Deberíamos atarlos, Sora-sensei?
— Oh, no creo que sea necesario, Ranko-san. En caso de que intenten escapar yo misma los alcanzaré y los devolveré hasta aquí para que reciban su merecido, no sé si me explico...
Estaba bastante claro a lo que Sora se había referido y era un aviso de lo que iba a suceder si se tomaban la molestia de contradecirles.
— Bien, pongámonos en marcha, ¿dónde dijisteis que se escondía vuestra jefa? — cuestionó la pelirosa volteandose a los maleantes.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa