5/07/2020, 02:05
(Última modificación: 5/07/2020, 04:54 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.)
—Lo sé. Siempre lo supe. Por eso tenía que hacer todo esto lejos de la aldea. Ahora no puedo dejarlos ir. No hay escapat- ¡AAH!
Claro que la mujer no sabía quién de los presentes se llamaba Kumopansa, así que no prestó atención al grito del rubio. Sólo se dio cuenta cuando sintió un agudo dolor en su pierna, y luego otro.
—¡Maldita cosa! —Cargó algo de chakra en su mano derecha y, al mismo tiempo que la araña le mordía una tercera vez, Ririki le soltó un manotazo para apartarla, o hacerle algo peor —. ¡Ōkashō!
El impacto sería brutal para un simple manotazo, pero sería algo que cualquier ninja médico con suficiente habilidad podría hacer. Sin embargo, el ataque de Kumopansa había desconcentrado a la mujer, obligándole a aflojar la mano izquierda. Al instante que esto pasase, el campo magnético se desvanecería y le permitiría a los objetos de los presentes ser movidos. Al sentirlo, Ranko hizo sellos y dio una leve patada al suelo.
—¡Iwa Bunshin no jutsu!
Una Ranko de piedra comenzó a alzarse rápidamente frente a ella. No sabía cuánto podría tardar Ririki en activar aquel campo magnético de nuevo.
”Pero si afectó mi espada y mis shuriken, no debería de afectar a mi clon de roca…”
En efecto, la ventana sería muy breve, pues la mujer alzaría su brazo y reactivaría su jutsu, soltando un grito al hacerlo. La kusajin apenas habría podido avanzar un par de metros cuando su equipo le retuvo de nuevo. Esperaba que Yota y Sora hubiesen podido aprovecharlo también antes de verse afectados otra vez, y que Kumopansa estuviese bien. No vio otra manera más que comenzar a desabrochar su portaobjetos y desamarrar su espada y su bandana para dejar todo metal atrás. Su clon, al estar hecho por completo de roca moldeada, seguiría moviéndose, y estaría por mientras corriendo hacia su oponente. El dolor y la desesperación comenzaban a hacerse visibles en el rostro de Ririki.
Claro que la mujer no sabía quién de los presentes se llamaba Kumopansa, así que no prestó atención al grito del rubio. Sólo se dio cuenta cuando sintió un agudo dolor en su pierna, y luego otro.
—¡Maldita cosa! —Cargó algo de chakra en su mano derecha y, al mismo tiempo que la araña le mordía una tercera vez, Ririki le soltó un manotazo para apartarla, o hacerle algo peor —. ¡Ōkashō!
El impacto sería brutal para un simple manotazo, pero sería algo que cualquier ninja médico con suficiente habilidad podría hacer. Sin embargo, el ataque de Kumopansa había desconcentrado a la mujer, obligándole a aflojar la mano izquierda. Al instante que esto pasase, el campo magnético se desvanecería y le permitiría a los objetos de los presentes ser movidos. Al sentirlo, Ranko hizo sellos y dio una leve patada al suelo.
—¡Iwa Bunshin no jutsu!
Una Ranko de piedra comenzó a alzarse rápidamente frente a ella. No sabía cuánto podría tardar Ririki en activar aquel campo magnético de nuevo.
”Pero si afectó mi espada y mis shuriken, no debería de afectar a mi clon de roca…”
En efecto, la ventana sería muy breve, pues la mujer alzaría su brazo y reactivaría su jutsu, soltando un grito al hacerlo. La kusajin apenas habría podido avanzar un par de metros cuando su equipo le retuvo de nuevo. Esperaba que Yota y Sora hubiesen podido aprovecharlo también antes de verse afectados otra vez, y que Kumopansa estuviese bien. No vio otra manera más que comenzar a desabrochar su portaobjetos y desamarrar su espada y su bandana para dejar todo metal atrás. Su clon, al estar hecho por completo de roca moldeada, seguiría moviéndose, y estaría por mientras corriendo hacia su oponente. El dolor y la desesperación comenzaban a hacerse visibles en el rostro de Ririki.
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