6/07/2020, 17:12
Ranko logró librarse de todo el metal que cargaba, y pudo moverse al fin. El ninja rubio tenía un plan complementario, pues los bandidos se habían levantado a su orden y se lanzaron hacia Ririki.
—¡No! —Cerró los ojos al sentir el agudo dolor de los metales hundirse en su garganta. Su mano metálica se aflojó al verse interrumpida su concentración, y el metal de Yota y Sora quedó libre de nuevo. Los bandidos, por supuesto, seguían en el mismo lugar, tal vez muertos, tal vez agonizantes. El clon de piedra llegó a la mujer e intentó darle una patada a la cara mientras la original saltaba hacia ella —¡No, no!
Concentrando chakra de nuevo, mientras apenas evadía el primer ataque, Ririki lanzó un puñetazo al vientre del clon, deshaciéndola en un montón de rocas. Sin embargo, no pudo evitar el segundo ataque, pues Ranko cayó sobre sus hombros, rodeó su torso con sus piernas y giró, impulsándose con chakra.
—¡Gekkō! —gritó la kunoichi mientras derribaba a Ririki y la azotaba contra el suelo. A diferencia de otras veces, Ranko no usó el impulso de la maniobra para alejarse, sino que se mantuvo con su oponente, usando sus piernas para inmovilizar el brazo de metal y su propio brazo para presionar el cuello de la mujer.
—¡NO! —aulló Ririki, evidenciando el dolor que el artilugio le causaba en su brazo. Intentó usar su mano libre para apartar a Ranko, pero no era lo suficientemente fuerte. La llave de la kusajin no le dejaba concentrarse para volver a usar su jutsu magnético. Parecía estar cayendo rápidamente en la desesperación, y se esforzaba por hablar por encima del brazo de Ranko en su garganta —. ¡NO, NO! ¡No dejaré que echen a la basura lo que he hecho! ¡To-Todo mi trabajo! ¡N-No fue por las hortalizas! ¡¿Verdad?! ¡Kusagakure sabía! ¡¡Sabía y vino a robarse mi investigación!! ¡¡Pero no los dejaré!!
—¡P-por favor, no forcejee tanto! ¡S-se hará daño! —Ranko no cedía en su agarre, pero no quería lastimarla más. La mujer insistía en mover el brazo armado, sin éxito, pero le producía mucho dolor.
—¡No! —Cerró los ojos al sentir el agudo dolor de los metales hundirse en su garganta. Su mano metálica se aflojó al verse interrumpida su concentración, y el metal de Yota y Sora quedó libre de nuevo. Los bandidos, por supuesto, seguían en el mismo lugar, tal vez muertos, tal vez agonizantes. El clon de piedra llegó a la mujer e intentó darle una patada a la cara mientras la original saltaba hacia ella —¡No, no!
Concentrando chakra de nuevo, mientras apenas evadía el primer ataque, Ririki lanzó un puñetazo al vientre del clon, deshaciéndola en un montón de rocas. Sin embargo, no pudo evitar el segundo ataque, pues Ranko cayó sobre sus hombros, rodeó su torso con sus piernas y giró, impulsándose con chakra.
—¡Gekkō! —gritó la kunoichi mientras derribaba a Ririki y la azotaba contra el suelo. A diferencia de otras veces, Ranko no usó el impulso de la maniobra para alejarse, sino que se mantuvo con su oponente, usando sus piernas para inmovilizar el brazo de metal y su propio brazo para presionar el cuello de la mujer.
—¡NO! —aulló Ririki, evidenciando el dolor que el artilugio le causaba en su brazo. Intentó usar su mano libre para apartar a Ranko, pero no era lo suficientemente fuerte. La llave de la kusajin no le dejaba concentrarse para volver a usar su jutsu magnético. Parecía estar cayendo rápidamente en la desesperación, y se esforzaba por hablar por encima del brazo de Ranko en su garganta —. ¡NO, NO! ¡No dejaré que echen a la basura lo que he hecho! ¡To-Todo mi trabajo! ¡N-No fue por las hortalizas! ¡¿Verdad?! ¡Kusagakure sabía! ¡¡Sabía y vino a robarse mi investigación!! ¡¡Pero no los dejaré!!
—¡P-por favor, no forcejee tanto! ¡S-se hará daño! —Ranko no cedía en su agarre, pero no quería lastimarla más. La mujer insistía en mover el brazo armado, sin éxito, pero le producía mucho dolor.
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