9/07/2020, 13:08
Y finalmente entramos en la cabaña de la tal Ririki. No parecía ser nada especial, algo que distaba de ser apetecible para la vista. Pero había más. Siempre hay más. sora volvió a tomar las llaves y abrió una segunda puerta, esta vez desde el interior, mostrando una escalera que se hundía bajo tierra. No pude evitar mirar sorprendido y confuso a la vez.
«¿Qué habrá ahí abajo?»
—Lo entenderán, ¿verdad? Lo entenderán. Tienen que. ¿Lo conocen? El Kekkei Genkai Jiton. Manipulación de campos magnéticos. E-es… maravilloso. Tan versátil. E-en el pasado se les llamó Edades de Cobre y de Hierro a ciertos periodos. Pero… pero es ahora cuando lo estamos explotando adecuadamente. ¡La industria! ¡El ferrocarril! ¡El avance que podemos tener! Lo pueden ver, ¿no?
— Algo hemos oído sobre ese Kekkei Genkai, sí.
Aquello fue todo lo que Sora alcanzó a decir, recordando la advertencia que yo mismo di sobre el Jiton antes de iniciar la pelea con Ririki. Entonces, sí, abrimos la segunda puerta y descendimos para encontrarnos con la joya de la corona. Todo un laboratorio clandestino, creado por aquella mujer para llevar a cabo su plan, el de poder transplantar un Kekkei Genkai en una persona que no formase parte de dicha famnilia, como era el caso del Jiton y aquella loca.
—¿Lo imaginan? Cirugías… manipulando los bisturíes con más precisión que el pulso humano. E-estructuras, ciudades levantadas con facilidad. Implantes… prótesis metálicas que la misma persona pueda mover de manera natural. ¡¿N-no sería maravilloso?! Pero… el Jiton está reservado solo para la gente con genes correctos. Pero yo… ¡yo logré romper eso!
Nadie respondió, todos se mostraron sorprendidos por lo encontrado bajo tierra hasta que la jōnin siguió pidiendo explicaciones y fue en ese instante cuando se hizo la luz, desvelando por completo la creación o, mejor dicho, lo que estaba por crear la tal Ririki. Me vi en la necesidad de abrir la boca de par en par. Aquella loca parecía estar enloqueciendo por minutos, alegando que tenía que continuar porque sino todo habría sido en vano...
—¡¡Pero debo seguir!! ¡¡Si paro todo será en vano!! ¡¡Mi vida habrá sido en vano!! ¡¡Sus vidas…!!
—¿Sus vidas? ¿¡Qué has hecho!?
— ¿Sus vidas? — repetí al unísono junto a Sora, totalmente sorprendido.
Y entonces lo vimos. Dos figuras humanas. Concretamente dos figuras femeninas, jóvenes. ¿Hasta donde llegaba aquella locura? al fijarme, vería como la de la izquierda presentaba cortes, incisiones aparentemente hechas con material quirúrgico, pues su precisión así como aquella sutura daban a entender que alguien vertido en la materia lo había realizado. Pero en cuanto me fijo en la de la derecha, la cual estaba en una especie de tubo repleto de algún líquido y que tenía amputados parte del brazo y una de sus piernas...
Corrí hasta llegar al dichoso tubo. Algo dentro de mí quería despertar de aquella pesadilla. Los recuerdos llegaron a mí como si de un tortazo se tratase. La expedición junto a Yubiwa. Aquel repentino encuentro en la zona de entrenamiento y la disculpa- Puse mi mano ante el cristal, como si aquello me permitiese tocarla y así poder ayudarla.
— Taeko-chan...
Aquellos cabellos plateados y aquel dulce rostro eran evidentes. Tantos años pensando qué habría pasado y entonces me la encontré allí abajo, mutilada a merced de aquella puta loca del coño. sus delirios fueron la perdición de Taeko-chan.
— Yota, tronco, para y cálmate, no puedes ayudarla
«Pero sí que puedo vengarla»
Kumopansa sabía perfectamente que mi silencio era revelador. En ocasiones es bien cierto que quien calla otorga y que una imagen vale más que mil palabras. En este caso, la imagen de mi mano brillando y chirriando indicaban solo malas noticias. Estaba a punto de tomarme la justicia por la mano y entonces me giré hasta visualizar a Ririki, delante mío.
— ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ LE HICISTE ESO?! — vociferé, montado en cólera.
Sin siquiera esperar respuesta me abalancé con el objetivo de acabar con su estúpida vida endosandole el chidori en el pecho.
— ¡Sora-sensei, Ranko-chan! — advirtió la araña.
¡MUEREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!
«¿Qué habrá ahí abajo?»
—Lo entenderán, ¿verdad? Lo entenderán. Tienen que. ¿Lo conocen? El Kekkei Genkai Jiton. Manipulación de campos magnéticos. E-es… maravilloso. Tan versátil. E-en el pasado se les llamó Edades de Cobre y de Hierro a ciertos periodos. Pero… pero es ahora cuando lo estamos explotando adecuadamente. ¡La industria! ¡El ferrocarril! ¡El avance que podemos tener! Lo pueden ver, ¿no?
— Algo hemos oído sobre ese Kekkei Genkai, sí.
Aquello fue todo lo que Sora alcanzó a decir, recordando la advertencia que yo mismo di sobre el Jiton antes de iniciar la pelea con Ririki. Entonces, sí, abrimos la segunda puerta y descendimos para encontrarnos con la joya de la corona. Todo un laboratorio clandestino, creado por aquella mujer para llevar a cabo su plan, el de poder transplantar un Kekkei Genkai en una persona que no formase parte de dicha famnilia, como era el caso del Jiton y aquella loca.
—¿Lo imaginan? Cirugías… manipulando los bisturíes con más precisión que el pulso humano. E-estructuras, ciudades levantadas con facilidad. Implantes… prótesis metálicas que la misma persona pueda mover de manera natural. ¡¿N-no sería maravilloso?! Pero… el Jiton está reservado solo para la gente con genes correctos. Pero yo… ¡yo logré romper eso!
Nadie respondió, todos se mostraron sorprendidos por lo encontrado bajo tierra hasta que la jōnin siguió pidiendo explicaciones y fue en ese instante cuando se hizo la luz, desvelando por completo la creación o, mejor dicho, lo que estaba por crear la tal Ririki. Me vi en la necesidad de abrir la boca de par en par. Aquella loca parecía estar enloqueciendo por minutos, alegando que tenía que continuar porque sino todo habría sido en vano...
—¡¡Pero debo seguir!! ¡¡Si paro todo será en vano!! ¡¡Mi vida habrá sido en vano!! ¡¡Sus vidas…!!
—¿Sus vidas? ¿¡Qué has hecho!?
— ¿Sus vidas? — repetí al unísono junto a Sora, totalmente sorprendido.
Y entonces lo vimos. Dos figuras humanas. Concretamente dos figuras femeninas, jóvenes. ¿Hasta donde llegaba aquella locura? al fijarme, vería como la de la izquierda presentaba cortes, incisiones aparentemente hechas con material quirúrgico, pues su precisión así como aquella sutura daban a entender que alguien vertido en la materia lo había realizado. Pero en cuanto me fijo en la de la derecha, la cual estaba en una especie de tubo repleto de algún líquido y que tenía amputados parte del brazo y una de sus piernas...
Corrí hasta llegar al dichoso tubo. Algo dentro de mí quería despertar de aquella pesadilla. Los recuerdos llegaron a mí como si de un tortazo se tratase. La expedición junto a Yubiwa. Aquel repentino encuentro en la zona de entrenamiento y la disculpa- Puse mi mano ante el cristal, como si aquello me permitiese tocarla y así poder ayudarla.
— Taeko-chan...
Aquellos cabellos plateados y aquel dulce rostro eran evidentes. Tantos años pensando qué habría pasado y entonces me la encontré allí abajo, mutilada a merced de aquella puta loca del coño. sus delirios fueron la perdición de Taeko-chan.
— Yota, tronco, para y cálmate, no puedes ayudarla
«Pero sí que puedo vengarla»
Kumopansa sabía perfectamente que mi silencio era revelador. En ocasiones es bien cierto que quien calla otorga y que una imagen vale más que mil palabras. En este caso, la imagen de mi mano brillando y chirriando indicaban solo malas noticias. Estaba a punto de tomarme la justicia por la mano y entonces me giré hasta visualizar a Ririki, delante mío.
— ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ LE HICISTE ESO?! — vociferé, montado en cólera.
Sin siquiera esperar respuesta me abalancé con el objetivo de acabar con su estúpida vida endosandole el chidori en el pecho.
— ¡Sora-sensei, Ranko-chan! — advirtió la araña.
¡MUEREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
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