17/07/2020, 20:31
(Última modificación: 17/07/2020, 21:06 por Himura Hana. Editado 1 vez en total.
Razón: Error con los costes
)
Yota, completamente centrado en la ofensiva, no tardó en volver a la carga lanzando un Fuuma Shuriken directo al pobre e indefenso Marrow. Al general casi le brillaron los ojos al ver el arma del kusajin. Sacó él mismo dos shuriken, lanzando uno al arma que le había lanzado Yota y otro a su mascotita de la cual no se había olvidado ni un momento.
Tras lanzarlos hizo una sucesión de cuatro sellos y uno de esos shurikens se ensanchó hasta doblar e incluso triplicar su tamaño, convirtiendose en un Dai Shuriken de forma momentanea. El Dai Shuriken iba directo hacia Kumopansa mientras que al arma de Yota iba un triste shuriken.
La estrella ninja impactó contra la enorme estrella metalica que Yota había lanzado y al contrario de lo que indicarían sus tamaños, el Fuuma Shuriken de Yota salió despedido en la dirección en la que había venido como si acabase de chocarse contra un bate de hierro empuñado por el mismísimo Kyubi en vez de un pequeño shuriken. Una rafaga de chakra se liberó en el impacto, dejando claro que se trataba de una técnica de Marrow.
Mientras, el shuriken ensanchado por el propio Marrow se dirigia a Kumopansa, quien tampoco se había olvidado de él y le había lanzado más escupitajos de araña, esta vez con más fuerza y más localizada con el fin de golpear, no de atrapar. Esta vez, no retrocedió, aguantó los golpes donde estaba, pendiente de como salía su jugada.
Tras lanzarlos hizo una sucesión de cuatro sellos y uno de esos shurikens se ensanchó hasta doblar e incluso triplicar su tamaño, convirtiendose en un Dai Shuriken de forma momentanea. El Dai Shuriken iba directo hacia Kumopansa mientras que al arma de Yota iba un triste shuriken.
La estrella ninja impactó contra la enorme estrella metalica que Yota había lanzado y al contrario de lo que indicarían sus tamaños, el Fuuma Shuriken de Yota salió despedido en la dirección en la que había venido como si acabase de chocarse contra un bate de hierro empuñado por el mismísimo Kyubi en vez de un pequeño shuriken. Una rafaga de chakra se liberó en el impacto, dejando claro que se trataba de una técnica de Marrow.
Mientras, el shuriken ensanchado por el propio Marrow se dirigia a Kumopansa, quien tampoco se había olvidado de él y le había lanzado más escupitajos de araña, esta vez con más fuerza y más localizada con el fin de golpear, no de atrapar. Esta vez, no retrocedió, aguantó los golpes donde estaba, pendiente de como salía su jugada.