24/07/2020, 23:22
El rostro de Yota se le hacía doloroso de leer. Ranko bajó la mirada al suelo del vagón. Se arrepintió un poco de preguntar. La chica pálida se tambaleó un poco y se inclinó en dirección a Ranko, recostando su cabeza en el hombro de la kunoichi. La de la trenza hizo lo posible por asegurarse de que no estuviese en una mala posición, pero no sabría realmente si la chica estaba cómoda o no. Esto hizo que Ririki moviera los ojos hacia la chica y no los quitara de allí.
—No —dijo con voz baja y monótona —. Ella y los otros… sujetos… No podía sacarlos de una base de datos. Si… Si hubiesen sido ninjas, habrían estado en un registro, y habrían faltado. No podía darme… el lujo de tener a Kusa tras de mí.
—Pero esta chica debe de tener gente que la busque también. ¿No es el mismo problema? —Por su tono, parecía que la pelirrosa ya sospechaba la respuesta.
—No. Tenía que… sacarlos de pueblos alejados de las urbes grandes… O de nómadas sin hogar. Y tenía que... Tenía que tomar también a cualquier persona que pudiese buscarlos. No podía… arriesgar mi experimento.
Ranko cayó en cuenta y un escalofrío recorrió de nuevo su cuerpo. El desprecio que sentía hacia Iwada Ririki sólo se vería superado en el futuro, en el estadio del Valle de los Dojos.
—¿Quiere… quiere decir que sus padres… su familia…?
—No podía arriesgarme —repitió —. No podía arriesgar a mi… muñeca.
Ririki sonrió lentamente, con ojos vacíos, pero labios curvos en un gesto más enfermo que contento. Su mirada no dejaba a la chica, como si lo que le hubiese hecho fuese motivo del más grande orgullo posible.
—No —dijo con voz baja y monótona —. Ella y los otros… sujetos… No podía sacarlos de una base de datos. Si… Si hubiesen sido ninjas, habrían estado en un registro, y habrían faltado. No podía darme… el lujo de tener a Kusa tras de mí.
—Pero esta chica debe de tener gente que la busque también. ¿No es el mismo problema? —Por su tono, parecía que la pelirrosa ya sospechaba la respuesta.
—No. Tenía que… sacarlos de pueblos alejados de las urbes grandes… O de nómadas sin hogar. Y tenía que... Tenía que tomar también a cualquier persona que pudiese buscarlos. No podía… arriesgar mi experimento.
Ranko cayó en cuenta y un escalofrío recorrió de nuevo su cuerpo. El desprecio que sentía hacia Iwada Ririki sólo se vería superado en el futuro, en el estadio del Valle de los Dojos.
—¿Quiere… quiere decir que sus padres… su familia…?
—No podía arriesgarme —repitió —. No podía arriesgar a mi… muñeca.
Ririki sonrió lentamente, con ojos vacíos, pero labios curvos en un gesto más enfermo que contento. Su mirada no dejaba a la chica, como si lo que le hubiese hecho fuese motivo del más grande orgullo posible.
Pensamientos (Plum) ✧ Diálogos (PaleVioletRed)