29/07/2020, 02:13
—Claro, entendido: nada de bromas —respondió el genin, recto como un palo.
Y luego, contra todo pronóstico, el guardia se giró hacia la verja para que poco después le permitieran pasar al edificio.
«¿Ha funcionado?»
El guardia abrió la verja para que una sirvienta le guiase no hacía el edificio principal de la mansión, sino a una casa mucho más pequeña, que aún seguía siendo más grande que la casa del joven herrero.
—Enseguida viene la señorita —dijo la sirvienta.
—De acuerdo.
Una vez él estuvo dentro de la habitación, el chico se sentó en uno de los cojines que habían alrededor de la mesa.
«Retiro lo dicho. Toshio, eres un genio».
Y luego, contra todo pronóstico, el guardia se giró hacia la verja para que poco después le permitieran pasar al edificio.
«¿Ha funcionado?»
El guardia abrió la verja para que una sirvienta le guiase no hacía el edificio principal de la mansión, sino a una casa mucho más pequeña, que aún seguía siendo más grande que la casa del joven herrero.
—Enseguida viene la señorita —dijo la sirvienta.
—De acuerdo.
Una vez él estuvo dentro de la habitación, el chico se sentó en uno de los cojines que habían alrededor de la mesa.
«Retiro lo dicho. Toshio, eres un genio».