4/08/2020, 20:17
— No confies demasiado en la simplicidad de este misión. Nunca se sabe.[/color] —Kinumi hizo una breve pausa, y justo entonces les llegó el olor a comida recién hecha desde otro vagón—. [sub=mediumpurple]¿Crees que es el vagón restaurante?
— Espero que sí. ¡Me muero de hambre!
Y lo era. Apenas abrir las puertas del siguiente vagón, Toshio se maravilló al encontrarse con un montón de mesas y una enorme cocina. Apenas podía hacerse a la idea de que algo así cupiera en un vehículo.
Ambos chicos pidieron algo de comer y se sentaron en una de las mesas durante varias horas. Ella le contó que fue su padre quien la obligó a convertirse en ninja, mientras su madre insistía en que podía dejarlo en cuanto quisiese.
» Mientras a ella le guste ser ninja...» pensó el chico, escuchándola con atención, aunque tampoco es como si hubiera podido hacer algo al respecto si no fuera así.
Hablaron de más cosas, hasta que finalmente el sueño pudo con la Uchiha, que se quedó dormida en cuanto se recostó en su cama.
El chico tardó un rato más en dormirse, y de haber tenido elección no lo habría hecho en lo absoluto, pero la idea de no dormir antes de una misión sería una de las más estúpidas de su vida, y tratándose de él eso sería mucho decir.
«¡Despierta!» Le gritaba Yuki, desesperada, arrastrando al chico mientras se desangraba «¡Despierta!»
— ¡Despierta! ¡Toshio! ¡Hemos llegado, va!
— ¡Aaaah! —Por reflejo, el chico se levantó de golpe, resbalándose y cayendo de la cama cual saco de patatas—. Ay...
Luego de haber recogido las cosas y de que Kinumi lo arrastrase fuera, Toshio se encontró con la oscuridad de la noche, que solo tenía como rival a la débil luz de unos faroles.
Sin añadir nada, el herrero seguiría a su compañera para leer un mapa que encontraron clavado en una pared.
— Espero que sí. ¡Me muero de hambre!
Y lo era. Apenas abrir las puertas del siguiente vagón, Toshio se maravilló al encontrarse con un montón de mesas y una enorme cocina. Apenas podía hacerse a la idea de que algo así cupiera en un vehículo.
Ambos chicos pidieron algo de comer y se sentaron en una de las mesas durante varias horas. Ella le contó que fue su padre quien la obligó a convertirse en ninja, mientras su madre insistía en que podía dejarlo en cuanto quisiese.
» Mientras a ella le guste ser ninja...» pensó el chico, escuchándola con atención, aunque tampoco es como si hubiera podido hacer algo al respecto si no fuera así.
Hablaron de más cosas, hasta que finalmente el sueño pudo con la Uchiha, que se quedó dormida en cuanto se recostó en su cama.
El chico tardó un rato más en dormirse, y de haber tenido elección no lo habría hecho en lo absoluto, pero la idea de no dormir antes de una misión sería una de las más estúpidas de su vida, y tratándose de él eso sería mucho decir.
...
«¡Despierta!» Le gritaba Yuki, desesperada, arrastrando al chico mientras se desangraba «¡Despierta!»
— ¡Despierta! ¡Toshio! ¡Hemos llegado, va!
— ¡Aaaah! —Por reflejo, el chico se levantó de golpe, resbalándose y cayendo de la cama cual saco de patatas—. Ay...
Luego de haber recogido las cosas y de que Kinumi lo arrastrase fuera, Toshio se encontró con la oscuridad de la noche, que solo tenía como rival a la débil luz de unos faroles.
Sin añadir nada, el herrero seguiría a su compañera para leer un mapa que encontraron clavado en una pared.