11/08/2020, 19:44
(Última modificación: 11/08/2020, 20:01 por Kurogane Toshio. Editado 2 veces en total.)
— ¿Periodistas? Pero si sois un par de crios.
— ¿Periodistas?
Toshio se sorprendió al no encontrarse con una pareja de ancianos, sino con un hombre joven extremadamente alto, musculado y... descamisado.
— Y-Yo solo soy la becaria, señor. —Toshio se giró hacia Kinumi, sin poder creerse que de pronto la Uchiha hablara tan tímidamente solo por ver a un pedazo de hombre esculpido por los dioses—. Toshio-kun es una eminencia.
«Una eminencia... ¡no me olvidaré de esta, Kinumi!»
Ahora que la Uchiha estaba completamente perdida en los abdominales del agricultor, solo Toshio seguía estando medianamente funcional.
— ¿Venís por lo de las desapariciones? Pasad, pasad.
La puerta se abrió de par en par, revelando el interior de la casa y a la pareja del agricultor, una mujer de aspecto mucho más amable que apartó a Kichi para permitirle el paso a los genin.
—Exactamente. Muchas gracias. —Respondió el joven, con una sonrisa amable, mientras entraba en casa de la pareja.
«¿Es que en este pueblo no saben lo que son las camisetas?» Pensaba el chico, mientras hacía un esfuerzo por no mirar demasiado fijamente a ninguno de los dos.
Al entrar, los chicos se encontraron con una pequeña mesa con unos cuencos de arroz y tres cojines a su alrededor.
— Sentaos, y no os preocupéis por mi, suelo sentarme sin cojín igualmente.
Toshio levantó la palma y negó con la cabeza, sonriendo.
— No te preocupes, por favor. Estoy bien así. —Dijo el chico, sentándose en seiza en el suelo—. Sentimos interrumpir vuestra comida. Les prometo que intentaremos no ocupar mucho de vuestro tiempo.
Miró a Kinumi un instante, intentando llamar su atención sin hacer demasiado obvio que su compañera se había quedad embobada.
» ¿Empezamos? —Dijo, casi más para avisar a la Uchiha que a la pareja—. ¿A qué se dedican? Y ¿recuerdan cuándo ocurrió la primera desaparición?
— ¿Periodistas?
Toshio se sorprendió al no encontrarse con una pareja de ancianos, sino con un hombre joven extremadamente alto, musculado y... descamisado.
— Y-Yo solo soy la becaria, señor. —Toshio se giró hacia Kinumi, sin poder creerse que de pronto la Uchiha hablara tan tímidamente solo por ver a un pedazo de hombre esculpido por los dioses—. Toshio-kun es una eminencia.
«Una eminencia... ¡no me olvidaré de esta, Kinumi!»
Ahora que la Uchiha estaba completamente perdida en los abdominales del agricultor, solo Toshio seguía estando medianamente funcional.
— ¿Venís por lo de las desapariciones? Pasad, pasad.
La puerta se abrió de par en par, revelando el interior de la casa y a la pareja del agricultor, una mujer de aspecto mucho más amable que apartó a Kichi para permitirle el paso a los genin.
—Exactamente. Muchas gracias. —Respondió el joven, con una sonrisa amable, mientras entraba en casa de la pareja.
«¿Es que en este pueblo no saben lo que son las camisetas?» Pensaba el chico, mientras hacía un esfuerzo por no mirar demasiado fijamente a ninguno de los dos.
Al entrar, los chicos se encontraron con una pequeña mesa con unos cuencos de arroz y tres cojines a su alrededor.
— Sentaos, y no os preocupéis por mi, suelo sentarme sin cojín igualmente.
Toshio levantó la palma y negó con la cabeza, sonriendo.
— No te preocupes, por favor. Estoy bien así. —Dijo el chico, sentándose en seiza en el suelo—. Sentimos interrumpir vuestra comida. Les prometo que intentaremos no ocupar mucho de vuestro tiempo.
Miró a Kinumi un instante, intentando llamar su atención sin hacer demasiado obvio que su compañera se había quedad embobada.
» ¿Empezamos? —Dijo, casi más para avisar a la Uchiha que a la pareja—. ¿A qué se dedican? Y ¿recuerdan cuándo ocurrió la primera desaparición?